¡ABAJO LA INTERVENCIÓN MILITAR SAUDITA EN YEMEN!

¡ABAJO LA INTERVENCIÓN MILITAR SAUDITA EN YEMEN!

El imperialismo utiliza sus gobiernos lacayos para aplastar la revolución árabe…

¡DEFENDER A LA NACIÓN OPRIMIDA CON LOS MÉTODOS DE LA REVOLUCIÓN PROLETARIA!

El imperialismo continúa sus ataques con el fin de aplastar la revolución árabe iniciada en Túnez a fines del 2010. Por la traición de las direcciones oficiales del proletariado mundial, la clase obrera no ha podido encabezar a los soldados y a todos los oprimidos para hacerse con el poder cuando las condiciones eran más que favorables. Esto ha permitido que el imperialismo pase a la contra-ofensiva imponiendo el genocidio de la mano de gobiernos lacayos, como sucede en Siria con Al-Assad.

En Yemen el proceso revolucionario conquistó primero la salida del dictador Saleh, después de décadas de gobernar al servicio de la burguesía y de las potencias extranjeras. Luego vino un nuevo levantamiento revolucionario desde mediados del año pasado, frente al alza brutal del costo de vida, llevando a la caída del dictador Hadi (en enero de este año), que había reemplazado a Saleh con el fin de dirigir la contra-revolución interna bajo fachada democrática. Sin embargo, las direcciones pequeño-burguesas de las masas revolucionarias han puesto el liderazgo del movimiento en manos de la burguesía islámica “chiita” (de la rama “zaydista”). Los zaydistas de Yemen o Hutíes (por el nombre de uno de sus fundadores) vienen encabezando y conteniendo la insurrección de las masas del norte de este país desde el 2004 y ahora se han puesto a la cabeza del movimiento que ha derrocado el gobierno burgués de Hadi. Es por esta razón que la prensa imperialista y el reformismo sostienen que se trata de un conflicto de “sectas religiosas” y no la lucha de clases expresada en la lucha por la liberación nacional bajo el velo religioso. En realidad, el factor fundamental que explica la actual situación en Yemen y el mundo árabe es la política contra-revolucionaria del imperialismo que ha logrado disciplinar bajo su mando a las burguesías nativas de diferentes credos y filiaciones con el fin de aplastar la revolución proletaria. Es en este contexto que se ha dado la criminal intervención militar de Arabia Saudita (frontera norte de Yemen) en alianza con otros gobiernos árabes lacayos que ya se ha cobrado la vida de miles de trabajadores pero que después de meses no ha logrado imponerse.

Como sostuvimos a principios de año: “En Europa los trabajadores vienen sufriendo las contra-reformas de la patronal que liquidan los derechos laborales y profundizan el hambre y el desempleo sobre todo en Grecia, España y los países del Este. En Ucrania el fascismo ha levantado cabeza para aplastar en sangre las organizaciones obreras. Pero la peor parte se la llevan los países más oprimidos por el imperialismo. El saqueo de sus recursos naturales se profundiza y se lanzan nuevas invasiones coloniales sobre el África o Medio Oriente. La heroica revolución árabe, traicionada por el reformismo, sufre la ofensiva del imperialismo yanqui con el genocidio en Siria de la mano de Al-Assad sostenido por Irán, China y Rusia mientras que el ‘Estado Islámico’ fracciona y disciplina la resistencia revolucionaria de las masas. Se bombardea Palestina para sostener la presencia yanqui-europea en toda la región. Sobre la extraordinaria revolución proletaria de Burkina Faso (África) se impone la trampa de las elecciones mientras se preparan nuevas masacres contra-revolucionarias. Y en América Latina la situación no es mejor, con Cuba abriéndose más al saqueo transnacional y los trabajadores del continente sufriendo los ataques tanto de los gobiernos del TLC como de los ‘bolivarianos’ presionados por la crisis”.

Es entonces en este contexto internacional que debemos entender esta nueva aventura imperialista sobre el país más pobre del mundo árabe. Algunos dicen que Arabia Saudita actuó sin conocimiento de EEUU (!) celoso por el acuerdo nuclear con Irán. Otros, que Irán está detrás de la caída de Hadi y busca reinstalar a Saleh en el poder. Es decir, el reformismo pretende ocultar la lucha de clases tras la fachada de la lucha entre fracciones burguesas, todo explicado por rivalidades nacionales o religiosas que nada tendrían que ver con la crisis mundial del capitalismo ni con la respuesta revolucionaria del proletariado. Es evidente que no podemos negar estos intereses particulares bajo la consigna kautskista de “la burguesía no tiene patria, solo negocios”. Como planteamos para Ucrania: “Los intereses particulares de la burguesía sí están en juego (salvo para el daltonismo anarquista) pero están subordinados al interés fundamental que es defender la propiedad privada de la furia de las masas. Es evidente que sin propiedad privada no puede haber negocios que disputar. Y ésta ha estado en cuestión desde mucho antes de la insurrección fascista pero sobre todo ahora con la revolución armada de Dombás. Solo el revisionismo más vulgar puede poner en primer plano supuestos conflictos ‘inter-imperialistas’, cuando bien sabemos que el fascismo se levanta siempre con el fin de aplastar o prevenir la revolución proletaria”.

En el caso de la invasión a Yemen por una coalición liderada por Arabia Saudita, vemos que se pretende poner en primer plano las disputas entre la burguesía sunita y chiita, cuando ambas han pactado hace tiempo aplastar la revolución árabe bajo la dirección del imperialismo norteamericano. Irán y Arabia Saudita, Al-Assad e Israel, todos son aliados militares bajo mando norteamericano en la lucha contra el ISIS. La última intervención de Irán en Tikrit (Irak) es prueba de ello. Es por eso que días después de que Arabia Saudita invade Yemen, Irán no envía ni un solo revólver en apoyo de los Hutíes, por el contrario se reúne con los EEUU para someterse a su política de desarme nuclear en Medio Oriente. Lo único que faltaría nada más es que Irán envié tropas en apoyo de Arabia Saudita. Incluso Venezuela y las burguesías latinoamericanas católicas también se han alineado dando respaldo a la intervención saudita. Pero el reformismo sigue hablando de guerra “sectaria”. ¿Qué significa esto? ¿Realmente están diciendo que la burguesía entra en guerra por creencias religiosas? Es como decir que las Cruzadas de la Edad Media se hicieron para llevar la salvación cristiana a los pueblos árabes, cuando fue en realidad para saquearlos. El marxismo le ha enseñado al proletariado que detrás del velo religioso se ocultan los intereses de las clases sociales. Enterrar u oscurecer este principio fundamental es propio solo de los peores renegados y revisionistas.

La burguesía hutí no ha emprendido ninguna lucha religiosa (ni mucho menos Arabia Saudita). Solamente se ha montado sobre el levantamiento revolucionario de los explotados de Yemen para contenerlo y llevarlo a la derrota. En el camino puede sacar provecho de su ubicación frente a otras fracciones burguesas, pero su tarea central es salvar la propiedad privada de la ira de las masas. El pueblo necesita alimentos baratos, necesita que se deje de especular con los precios del petróleo. Esto es imposible sin expropiar a las transnacionales y esto es algo que la burguesía Hutí jamás hará. Por lo tanto se encuentra en un callejón sin salida, exactamente igual como se encuentra el ISIS: “Está claro que la política abiertamente pro-yanqui del ELS y su gobierno provisional (CNS) es la que ha conducido a esta situación, donde un partido burgués islámico termina montándose sobre la lucha anti-imperialista de las masas de la misma forma que ocurrió con la revolución obrera y campesina iraní de 1979, mal llamada ‘revolución islámica chiita’. Lo mismo sucede con la resistencia palestina mal dirigida por los ‘terroristas islámicos’ de Hamas. Por otro lado, el ISIS también está encabezando la insurrección de los explotados iraquíes que se rebelan contra el gobierno colonial de mayoría chiita que ha venido lanzando ataques brutales contra las masas de confesión sunita y con el respaldo de la burguesía kurda que envió a uno de sus dirigentes a fungir de presidente del protectorado iraquí” (Declaración por Siria del NRCI, marzo 2015).

Lenin nos enseñó que hay que distinguir las clases detrás de las frases y también las naciones opresoras de las naciones oprimidas. Es por esto que él no dudo en respaldar la lucha contra el colonialismo europeo aunque se presentara “bajo la bandera del Islam”: “Un significativo desarrollo es la extensión del movimiento democrático revolucionario a las Indias Orientales Holandesas, a Java y otras colonias holandesas, con una población de algo de 40 millones. Primero, el movimiento democrático está desarrollándose entre las masas de Java, donde un movimiento nacionalista se ha levantado bajo la bandera del Islam” (“El despertar de Asia”, 1913). Sin embargo, el apoyo militar a la lucha de la nación oprimida contra la opresora debe combinarse con la lucha política contra todas las facciones burguesas nacionales, en especial contra los reaccionarios islamistas: “1) La obligación de todos los partidos comunistas de ayudar al movimiento democrático-burgués de liberación en esos países: el deber de prestar la ayuda más activa incumbe, en primer término a los obreros del país del cual, en el sentido colonial o financiero, depende la nación atrasada; 2) La necesidad de luchar contra el clero y los demás elementos reaccionarios y medievales que ejercen influencia en los países atrasados; 3) La necesidad de luchar contra el panislamismo y otras corrientes de esta índole que tratan de combinar el movimiento de liberación contra el imperialismo europeo y norteamericano con el fortalecimiento de las posiciones de los khanes, de los terratenientes, de los mulás, etc.”. (“Segundo Congreso de la Internacional Comunista”, 1920).

De hecho el movimiento sunita en general pero sobre todo el ISIS tienen un discurso panislamista que condena el imperialismo de palabra pero busca servirle a cambio de fortalecer a los poseedores locales más reaccionarios. Sin embargo, mucho más pro-imperialista es la burguesía del “Ejército Libre Sirio” o los llamados islamistas “moderados” que no tienen ningún reparo en reunirse abiertamente con los EEUU. La juventud más combativa de Siria e Irak ha venido desertando a favor del ISIS justamente debido a esta política colaboracionista de sus direcciones. Han llegado también de toda Europa y el mundo miles de jóvenes proletarios de origen árabe para combatir militarmente al imperialismo. Obviamente la prensa burguesa enaltece al ELS y condena al ISIS con el cinismo de costumbre, sin embargo, la tragedia del proletariado es ver como sus dirigentes, en el nombre del socialismo, se hacen eco de esto. La LIT-CI por ejemplo ha publicado recientemente lo siguiente: “El Frente Al-Nusra nunca negó sus vínculos con Al-Qaeda, pero siempre trató de definirse como un grupo más tolerante que las demás facciones islamistas. La realidad es que su base está formada principalmente por sirios cuyo principal objetivo es derrocar a Assad, habiéndose unido para ello al grupo que dispone de más armas y recursos, más allá de su ideología. ISIS, en cambio, cuenta con un gran contingente de combatientes extranjeros con una agenda neo-colonialista y abiertamente fascista-teocrática” (litci.org, 15/06/15; negritas nuestras).

Hablar de combatientes extranjeros de manera despectiva solo puede significar dos cosas: que en realidad la LIT-CI cree que son mercenarios, o que voluntarios llegados del exterior son un elemento reaccionario dentro de la revolución “nacional” siria. Cualquier interpretación es contrarrevolucionaria. Más escandaloso es su definición de “agenda neo-colonialista”. ¿Qué significa este término? El colonialismo está asociado al imperialismo. ¿Están acaso diciendo que el ISIS sería el representante de una nueva forma de imperialismo? Es posible. En Ucrania dicen que estamos frente al choque de dos fuerzas igualmente fascistas. Junto con Rusia y China ahora tendríamos una nueva potencia colonialista: el imperialismo islámico. El desenfreno revisionista supera cada día sus límites. Ahora su posición está más clara: pedirle armas al imperialismo democrático occidental con el fin de combatir al bárbaro “neo-colonialismo” islámico. Se trata de una clásica posición social-imperialista donde es “democrático” el movimiento que se subordina a la democracia imperialista y no el que la combate militarmente. No importa que la burguesía kurda haya apoyado la invasión de Irak del 2003, lo importante es que están occidentalizados, son laicos, feministas y ecológicos, y por esta razón son “democráticos”. Así piensa esta gente. Igualmente, los islamistas son “moderados” y aceptables para la izquierda en la medida que estén más dispuestos a cooperar con la democracia norteamericana.  

Refiriéndose a este vil servilismo, Trotsky escribió lo siguiente: “Ustedes recuerdan que el ‘gran’ líder Liberal Gladstone –en realidad él fue un liberal filisteo, y Marx tenía un odio más altamente concentrado en él- el ‘gran’ Gladstone una vez presentó un tremendo discurso contra el Sultán sanguinario, el representante del bárbaro y fanático Islam, etc. Si tu tomas al filisteo promedio y le dices: Inglaterra y Turquía –bien, por supuesto, Inglaterra significa civilización y progreso, Turquía significa atraso y barbarismo”. (“Escritos sobre Inglaterra”, 1924). Lamentablemente la izquierda reformista está llena de este tipo de filisteos promedio que Trotsky y sus camaradas llamaron a combatir implacablemente: “El imperialismo sólo puede existir porque hay naciones atrasadas en nuestro planeta, países coloniales y semicoloniales. La lucha de estos pueblos oprimidos por la unidad y la independencia nacional tiene un doble carácter progresivo, pues, por una prepara condiciones favorables de desarrollo para su propio uso, y por otro asesta rudos golpes al imperialismo. De donde se deduce, en parte, que en una guerra entre una república democrática, imperialista, civilizada, y la monarquía bárbara y atrasada de un país colonial, los socialistas deben estar enteramente al lado del país oprimido, a pesar de ser monárquico, y en contra del país opresor, por muy ‘democrático’ que sea” (Del libro “Stalin”, 1940).

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Es por esta razón que los trotskistas del NRCI llamamos a las organizaciones obreras del mundo a defender militarmente Yemen de la agresión del imperialismo norteamericano que está usando Arabia Saudita para aplastar la revolución de los trabajadores de Yemen como parte de la revolución proletaria árabe. Simultáneamente llamamos a combatir políticamente al gobierno burgués de los Hutíes en alianza con Saleh, manteniendo la más absoluta independencia de clase y también de Al-Qaeda, del ISIS y de los separatistas del sur, que en los hechos están colaborando con la intervención saudita al no hacerle frente en unidad militar con el gobierno hutí. Hay que defender la nación oprimida con los métodos de la revolución proletaria, expropiando sin pago todos los pozos petroleros, tomando las fábricas y centro de abastos para proveer de recursos a la resistencia anti-imperialista, defendiendo los derechos políticos de los soldados. Se deben poner en pie grandes asambleas revolucionarias de obreros, campesinos pobres y soldados rasos que tomen la dirección de la guerra en sus manos. Solo así es posible derrotar Arabia Saudita y preparar las condiciones para un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino que es el único que puede convocar una verdadera asamblea constituyente que rompa con el imperialismo, entregue la tierra al campesino y garantice los derechos democráticos de la mujer trabajadora y de los oprimidos de todas las confesiones y nacionalidades. Con las actuales direcciones del proletariado esto es imposible; la Cuarta Internacional debe ser refundada junto con una poderosa sección árabe que guíe a los trabajadores hacia la toma del poder y el socialismo de la mano de sus hermanos de clase de las metrópolis imperialistas.

 ¡Abajo los gobiernos cipayos de Arabia Saudita y Medio Oriente! ¡Abajo el imperialismo y su Estado yanqui-sionista de Israel!

¡Armamento general de los explotados para defender Yemen de la agresión imperialista!

¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de todas las transnacionales petroleras!

¡Una sola revolución en todo Medio Oriente y el Magreb! ¡Una sola revolución del proletariado árabe y sus hermanos del África Negra que se han levantado en Burkina Faso y Burundi!

¡Por una Federación de Repúblicas Socialistas Soviéticas de Medio Oriente!

26 de Junio de 2015
NÚCLEO POR LA REFUNDACIÓN DE LA CUARTA INTERNACIONAL

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