Uno y varios ataques a los rezagos de la democracia
Por Dorian González
En Ecuador, el exvicepresidente del chavista Rafael Correa, Jorge Glass, fue condenado por corrupción al estar involucrado en el escandaloso caso Odebrecht. Tiempo después se comprobó nuevamente su participación en casos de corrupción vinculados a las contrataciones para extraer petróleo. El pasado 5 de abril, el actual presidente provisional Daniel Noboa mandó a la policía a irrumpir en la embajada mexicana en Ecuador para detener Glass, quien se encontraba asilado en esta instancia diplomática, por disposición de Andrés Manual López Obrador (AMLO), el actual presidente chavista de México.
Esta acción, que ni siquiera se llegó a cometer en las más crueles dictaduras, atentó contra uno de los derechos más elementales dentro de la democracia burguesa: el derecho al asilo, y violando directamente las normas internacionales establecidas por la misma burguesía para estos asuntos.
La irrupción en la embajada mexicana no hace más que demostrar la política abiertamente policiaca y militar del régimen ecuatoriano que ha emprendido una guerra contra los barrios proletarios del Ecuador. Esta es la misma política represiva que se comente contra todas las masas empobrecidas en todo el mundo.
El derecho al asilo es evidentemente un derecho democrático, y el proletariado defiende los derechos democráticos más elementales, porque sabemos que la vulneración de estos, aunque ahora se dirijan contra un político burgués, se usan al final para reprimir a las masas trabajadoras. En ese sentido, denunciamos los métodos policiacos del régimen bonapartista de Noboa desplegado contra los trabajadores ecuatorianos.
Este acto ha sido repudiado prácticamente de forma unitaria a nivel internacional por atentar contra la democracia, pero no se puede permitir que verdaderos lacayos del imperialismo den lecciones de defensa de los intereses democráticos. En todos los países de América Latina se pisotea lo poco que queda de la “democracia” semibonapartista.
Como respuesta del Gobierno mexicano, AMLO salió a declarar la ruptura de las relaciones diplomáticas con Ecuador. Varias tendencias de izquierda salieron a denunciar también el hecho, pero estos “defensores” de la democracia se han olvidado de que, también AMLO y el Gobierno mexicano atentan a cada momento con estos derechos. Mientras AMLO trata de fungir como un defensor de la democracia, se persigue a los migrantes en Chiapas y se los encierra en Juárez para que mueran calcinados, se reprimen y encarcelan a las mujeres en Guadalajara, se asesinan a normalistas en Guerrero y se militariza todo el país para imponer los proyectos transnacionales de saqueo.
Esta es pues la “democracia” en las semicolonias que todo el reformismo trata de ocultar para sostener a los “progresistas” AMLO y Correa. La clase obrera mexicana no puede perder de vista que los explotados ecuatorianos sufren la violencia del régimen, de la misma manera que el Gobierno mexicano está sostenido por la impunidad de los victimarios de los millones de desaparecidos y que cada vez le da más poder a las fuerzas armadas, preparando de esta forma más masacres.
Familiares de los desaparecidos de Ayotzinapa ya han declarado abiertamente la impunidad que se vive bajo el gobierno de AMLO. No hay justicia para nuestros hijos desaparecidos, en México, Ecuador y en toda América Latina.
Solo con un gobierno de los explotados de la nación, sobre sus propios organismos de lucha, se podrá juzgar a toda la casta de oficiales criminales que huyen a EE. UU. con la garantía de los gobiernos sirvientes del imperialismo. Todo lo demás son palabras para traicionar una vez más a los trabajadores y campesinos pobres de estas naciones subyugadas. La democracia la defiende la clase obrera, con los métodos de la revolución proletaria. Esta es la enseñanza de años de lucha del proletariado. La única forma de obtener estas garantías es tomando el poder sobre las ruinas de los estados burgueses.
¡Paso a la dictadura del proletariado y el socialismo mundial!