No hay navidad para los niños con los militares de Noboa

Por: Susan Abigail
No hay peor angustia para un ser humano que el no saber dónde se encuentra tu ser querido, no tener noticias de esa persona y es peor si te enteras de que las circunstancias de su desaparición podrían significar que no lo encuentres con vida. La situación se agrava si eres pobre en un país donde las peores consecuencias del capitalismo se manifiestan día a día.
Hoy, tres familias del barrio Las Malvinas en el sur de Guayaquil se encuentran desesperadas porque sus hijos, Saúl Arboleda (15 años), Steven Medina (11 años) y los hermanos Josué e Ismael Arroyo (15 y 14 años) salieron a jugar un partido de fútbol, el 8 de diciembre, y nunca regresaron. Los niños fueron a jugar a una cancha improvisada, no tenían dinero para pagar por una cancha rentada, luego se dirigieron a comer pan a un centro comercial. Las autoridades aseguran que intentaron robar a una mujer y que por eso fueron intervenidos por los soldados. La Fiscalía ya se ha pronunciado en el sentido que no hay ninguna prueba sobre el supuesto robo.
El empresario Daniel Noboa, presidente de Ecuador, ordenó en enero de este año a las Fuerzas Armadas asumir funciones policiales tras decretar el estado de “conflicto armado interno” en el país, “contra el narcotráfico y el crimen organizado”. ¿Cuatro menores de edad supuestamente acusados de un robo a una señora en un centro comercial son una organización criminal? Al menos 16 militares intervienen a los niños, según videos que circulan en redes sociales, los detienen y los embarcan en una camioneta de uso castrense, donde los golpean y tienden en el piso. De acuerdo a versiones de testigos, trasladan a sus detenidos hacia la zona de Taura, a unos 30 kilómetros de Guayaquil, donde se ubica una de las principales bases de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) y donde se pierde totalmente el rastro de los menores.
Los familiares presentaron una denuncia el mismo día de la desaparición, el 8 de diciembre, pero el caso se conoció públicamente 13 días después, cuando familiares de los menores comenzaron a divulgarlo ante la inacción de las autoridades. Dos días después se revelaron imágenes de los videos que implicaban a los militares y entonces las autoridades de seguridad de Ecuador y el Ministerio de Defensa matizaron su versión y admitieron que los menores sí fueron detenidos, pero después liberados, una explicación que mantienen hasta ahora. Los familiares lograron que una jueza califique el hecho como “desaparición forzada”, en un proceso donde se encuentran investigados los 16 militares que participaron en el operativo.
El 24 de diciembre fueron hallados cuatro cuerpos en una zona de manglares, cerca de la base militar de Taura. Los cuerpos “están destruidos e incinerados”. El día de navidad, cuando en el país los niños esperan sus regalos, los familiares de los desaparecidos tuvieron que presentarse en la morgue de Guayaquil para dar señas particulares de sus niños, para una identificación antropológica. Si esa identificación no es posible, se harán pruebas de ADN que tardan entre 30 y 40 días.
Las protestas en el país se han intensificado reclamando justicia, pero ¿cómo confiar en este sistema de justicia si personas cercanas a la investigación dijeron que las grabaciones de las cámaras de seguridad donde se registraron los hechos (solo una se difunde por redes sociales) fueron entregadas a la policía alrededor de 36 horas después de la desaparición[1] y la policía no hizo nada?
Con el corazón en la mano tenemos que decir que no habrá sosiego para estas familias si es que no aparecen vivos los cuatro niños, que el pueblo siempre supo que la decisión que los militares custodien el orden interno no era para perseguir a las verdaderas redes criminales, que la policía, como parte del sistema de justicia, nunca colabora con la investigación de desapariciones o muertes que impliquen a otros órganos del Estado, que después de un tiempo que suena eterno el Poder Judicial recién se pronunciará, no sabemos con qué resultados, puesto que hasta la fecha los cargos son solo de desapariciones forzadas, pero la defensa de los militares insiste en que liberó a los cuatro niños.
No podemos esperar justicia para la clase trabajadora de un Estado organizado solo para proteger los intereses de los empresarios.
¡POR UNA VERDADERA JUSTICIA PARA LOS CUATRO NIÑOS DESAPARECIDOS EN EL ECUADOR A MANOS DE LOS MILITARES! ¡SOLO LA CLASE OBRERA GARANTIZA LA JUSTICIA PARA LOS TRABAJADORES Y SUS HIJOS!
[1] https://abc7.com/polica-de-ecuador-tena-videos-implicaban-militares-las-36-horas-desaparecer-4-menores/15715649/