No más luto obrero, luchemos por los mineros de Chile

El 31 de julio el capitalismo nuevamente enterró vivos a obreros mineros, en Chile, a vísperas de que se cumplieran 5 años del asesinato de un nicaragüense refugiado en España, Eleazar Benjamín Blandón, a quien se le envió a cosechar sandías en temperaturas extremas, y no contento con esto el empresario arrojó su cuerpo a un hospital para continuar su jornada de azotes a sus trabajadores en el campo. Ambos casos tienen diferencias, claramente, pero por más que se rebusque, las coincidencias son mayores. El capitalismo explota hasta la muerte.
No hace falta hacer tanto análisis para concluir lo antes mencionado. Las condiciones en las que nuestros compañeros trabajan en el sector minero en Chile son miserables como solo este sector puede garantizar, al extremo de que los obreros se alimentaban mientras picaban la tierra, para lograr los objetivos de productividad empresarial. Dentro hay lugares de resguardo y refugios que obviamente están cerrados. Ya había muerto un compañero electrocutado el 2023, que confirma esta situación, también en la mina “El Teniente”. Esta vez, pese a las advertencias de compañeros obreros que tienen experiencia reconociendo los movimientos anormales y sonidos dentro del socavón, y temían continuar buscando mineral, la orden empresarial era sacar cobre con celeridad, lo que dio con la muerte de seis hijos del proletariado. Y claro, es que son obreros tercerizados (casi cuatro veces la cantidad de trabajadores directos), la empresa no los contrata directamente, condiciones inhumanas coherentes al pensamiento burgués, solo somos números, en el capitalismo nuestras vidas no importan.
Lamentablemente los dirigentes sindicales, que son varios en distintas minas, solo manifiestan sentirse discriminados en comparación con los obreros de planta contratados por la empresa, en lugar de unificar todas sus demandas para evitar morir. La salida tampoco es la privatización como señalan, al lamentar no estar en una empresa privada donde aparentemente hay “más control”. En Perú nada más se puede apreciar los beneficios de la minería tercerizada empresarial que contamina y asesina obreros en disputas por concesiones. La expropiación sin pago y bajo control obrero no vendrá de las manos del gobierno empresarial de Boric, y el pésame no es suficiente. Debemos luchar en unidad por defender el trabajo digno, para poner la extracción minera al servicio de la clase obrera como indemnización por tantos años de asesinatos por cobre. No más directivos burgueses para Codelco, que sean las bases obreras las que tomen el control. Se debe retomar la revolución socialista internacional traicionada por el reformismo y el oportunismo para lograr estas demandas. La lucha está en las calles, no más muertes de la clase obrera.