Contra las redadas: ¡Que los combates en Los Ángeles se extiendan a todo el país!

Contra las redadas: ¡Que los combates en Los Ángeles se extiendan a todo el país!

Autor: Dorian Gonzalez

La política contra los migrantes impulsada por Washington en las últimas semanas provocó detenciones sorpresivas y violentas, lo que desató la indignación de familiares y amigos de los arrestados, quienes acudieron a los centros de detención a exigir su liberación, siendo reprimidos con gases y golpes por las fuerzas de seguridad. Esta situación desencadenó masivas protestas en Los Ángeles, donde miles de personas expresaron su rechazo incendiando las calles y atacando patrullas policiales. Estas protestas intentaron ser rápidamente reprimidas por las fuerzas policiales de la gobernación del Estado, sin embargo, Trump decidió enviar a tropas de la Guardia Nacional para contener las masivas movilizaciones espontáneas.

Hace meses habíamos visto a Trump deportar a miles de migrantes a los países latinoamericanos. Estos últimos acontecimientos dejan claro que la política exterior solo es un reflejo del estado policiaco que se trata de imponer a la clase trabajadora al interior de los Estados Unidos. Pero esta vez, los trabajadores latinos son los que salieron a las calles para enfrentar esta ola criminal y represiva.

No es una novedad la política antinmigrante del Estado yanqui. Sin embargo, lo que caracterizó a estos recientes operativos fue la rapidez con la que se intensificaron desde inicios de este mes. En mayo, Stephen Miller, funcionario del Gabinete de la Casa Blanca, anunció el plan para detener a 3000 migrantes por día. Para esto se desplegaron más de 5 mil agentes de distintas instituciones federales encabezados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), entre los que también se encuentran el FBI, la DEA y del Departamento de Justicia. Todo esto dentro de la iniciativa “Operation At Large” que además considera dentro del proyecto 21 000 miembros de la Guardia Nacional.

Protestas de esta importancia no se habían presenciado desde las ocurridas en 2020 por el asesinato de George Floyd a manos de la policía racista de Trump en su primer periodo. Esta vez han venido por la mano de obra explotada migrante que sostiene a los grandes empresarios y multimillonarios del país.

Los Ángeles alberga casi 6 millones de latinos de los más de 15 millones que viven en el Estado de California, y es su principal fuerza laboral. Esto ha hecho a esta región una de las principales ciudades donde se ejecuta la persecución de estos trabajadores, pero también el epicentro de las protestas actuales.

Esto demuestra que la dictadura capitalista de Estados Unidos le ha declarado la guerra a la clase trabajadora y no se trata, como se quiere hacer creer, sobre detenciones de criminales. Los centros de trabajo han sido los principales lugares donde se han producido estas redadas que se van extendiendo por los demás Estados del país. Por ejemplo, Glenn Valley Foods en Nebraska vio reducido su personal a la mitad como producto de las detenciones de los agentes del ICE. Por todos lados se ve que los arrestos se produjeron mientras los migrantes se encontraban trabajando, a tal punto que muchos ciudadanos estadounidenses grababan las intervenciones para denunciar el abuso de los agentes.

Los partidos burgueses contra los migrantes

El sueño norteamericano alabado por mucho tiempo culmina aquí, en estas expulsiones masivas. Aunque las cifras de deportaciones de Trump todavía no llegan a la cantidad de la administración del demócrata Obama que deportó a más de 5 millones de migrantes. Esto deja claro que no importa la administración de la Casa Blanca, la maquinaria de expulsión se mantiene totalmente impune. Lo único que aumenta es la profundización del régimen bonapartista en Estados Unidos. En las protestas masivas por el asesinato de George Floyd, la Guardia Nacional fue movilizada por los diferentes Estados que tienen esa potestad, en este caso, Trump apeló a la llamada “ley de insurrección” lo que le permitió federalizar la Guardia Nacional y enviar a Los Ángeles 4000 soldados y 700 infantes de marina para sofocar las protestas.

Esta ofensiva ha causado confrontaciones entre Trump y el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom. Sin embargo, estas solo representan escaramuzas de un mismo sistema dictatorial que impone la fuerza ante la arremetida de los trabajadores contra las fuerzas represivas. Lo único que están decidiendo son las formas en la que se sofocará este levantamiento.

Por otro lado, la secretaria de Seguridad, Kristi Noem ha acusado a Sheinbaum, la presidenta de México, de incentivar estas protestas. Sheinbaum ha respondido que llamó a la movilización por los impuestos a las remesas que se envían a México, pero que ve como una provocación los incendios que se han producido en Los Ángeles y que el problema migrante debe ser atendido de otras maneras. Es decir, el gobierno de México también respalda la represión “inteligente” de la protestas planteada por los imperialistas del partido demócrata.

Hay que decirlo claro: Sheinbaum alienta la paz entre las manifestaciones latinas, pero envía 10 mil soldados a la frontera por órdenes de Trump para contener el avance de los migrantes. En México, bajo el gobierno de MORENA también se producen redadas todos los días a manos de los agentes migratorios que arrestan y deportan a centroamericanos o son llevados a prisiones para morir, allí están las más 782 mil detenciones en 2023 y la triplicación de muertes de migrantes en el mismo año.

Sheinbaum no es ninguna pacifista, es una fiel sirviente del capital norteamericano y está dispuesta a ceder a su presión. Desde el día uno de su gobierno, la Guardia Nacional de México asesinaba migrantes en la frontera sur con Guatemala. Bajo su mandato se siguen asesinando trabajadores migrantes, campesinos y estudiantes en un país lleno de fosas clandestinas que el gobierno oculta. La política de Sheinbaum es abiertamente servil a los empresarios y las transnacionales de EE. UU., pero sanguinaria para disciplinar al pueblo trabajador. Entonces, la acusación que lanzaron los republicanos es solo una estafa más para redoblar la opresión que sujeta al país latino a la cadena del imperialismo.

Es momento de intensificar la movilización y el combate

La lucha de los trabajadores latinos muestra que la clase obrera está dispuesta a pelear en el corazón del imperialismo, al igual que sus hermanos afroamericanos, víctimas de las mismas fuerzas represivas del Estado burgués. Por tal razón, es momento de unir todas nuestras luchas que se van exacerbando en todos los continentes a causa de la crisis y miseria creciente del capital. Las clases gobernantes de las potencias mundiales nos llevan a la guerra, el proletariado le declara la guerra a esta clase de parásitos imperialistas que solo se han dedicado a saquear las semicolonias. En la unidad del proletariado internacional se encuentra la clave para la lucha por la paz, el pan y la verdadera libertad.

Las direcciones que traicionan al proletariado siempre tratan de separar su lucha por países o declaran que no tenemos nada en común con los trabajadores más explotados de las metrópolis capitalistas. Esta falsedad solo sirve a los intereses del capital financiero para estrangular mejor las fuerzas del proletariado mundial que ya va a abriendo diferentes frentes de lucha contra los explotadores. Debemos retomar nuestras mejores tradiciones de combate, bajo la consigna de que los trabajadores no tenemos patria. La historia ha demostrado que solo con esta alianza internacional se han conseguido las mayores conquistas de los pueblos oprimidos, fuera de eso solo existen ficciones pequeñoburguesas.

La lucha callejera debe unirse a huelgas de masas en los centros de trabajo donde el patrón se sirve de la mano de obra superexplotada migrante y en eso está de acuerdo con el mandatario republicano. El retroceso de Trump se da en ese sentido, más que por las manifestaciones, por la presión de los magnates agrícolas y hoteleros que no están dispuestos a pagar más para enriquecerse de la jugosa plusvalía que le garantiza el trabajador latino indocumentado. Tatum King, funcionario del ICE ya declaró que se han suspendido las redadas en empresas agrícolas, empacadoras de carne, restaurantes y hoteles en funcionamiento y Trump anuncia más redadas en otros Estados del país.

Se debe exigir tácticamente que los dirigentes reformistas de las organizaciones obreras de masas rompan con su socialimperialismo y pongan sus fuerzas a disposición de la lucha, que rompan con su sumisión a los demócratas. ¡Abajo los republicanos y demócratas, ambos verdugos del proletariado migrante norteamericano!

Se deben alentar las huelgas en las fábricas, que se tomen las calles y se formen nuevos organismos de combate de los más explotados, con los migrantes a la cabeza, documentados e indocumentados. El desarrollo de estas huelgas debe plantear la expropiación sin pago bajo control de sus trabajadores de las grandes industrias norteamericanas que durante décadas han empleado la mano de obra migrante a niveles de la esclavitud.

Solo el feroz combate puede parar la represión y las redadas. Que se organicen los métodos de autodefensa barriales como en los 60. Si el “Zar de la frontera” Tom Homan, busca emplear a grupos fascistas en la frontera sur de EE. UU. es necesario responder con autodefensas debidamente armadas.

Así se prepara el camino para el levantamiento revolucionario de las masas explotadas de todo EEUU, para traer abajo la dictadura burguesa de Trump y sus aliados demócratas. La crisis se profundizará y cualquier gobernante de la Casa Blanca va a recrudecer el ataque contra los trabajadores. Debemos prepararnos para el combate contra las hordas fascistas, que serán el recurso del capital financiero para sostener el capitalismo en EE. UU. y el mundo. Se debe unificar estas luchas con el combate contra el asesinato de afroamericanos, y contra los migrantes árabes que se movilizan contra el genocidio sionista teledirigido por los EEUU.

Paso a la lucha internacional

Ahora cuando se han intensificado los bombardeos de Israel es necesario que el financiamiento a ese enclave militar yanqui se detenga, y esto no sucederá con la ingenua campaña burguesa de boicot y desinversiones, sino parando los centros de producción estadounidenses que se encuentran en manos migrantes, quebrantando la economía de guerra imperialista y poniéndola al servicio de los explotados. Esta es la verdadera manera de parar el genocidio palestino, esa es la causa común que tiene el proletariado de la metrópolis con las semicolonias expoliadas. La única guerra necesaria es la de los explotados contra los explotadores.

Es momento de unir la lucha del proletariado en las capitales de la burguesía imperialista y de los hambrientos de las naciones de donde se extraen los recursos. Los trabajadores migrantes son la clave para conseguir esta alianza, solo un verdadero traidor a la revolución es incapaz de ver la necesidad de forjar una lucha en común. Es momento de nuevos levantamientos del proletariado latino, actualmente adormecido por sus direcciones políticas.

Estas manifestaciones en California, al igual que las del 2020 en diferentes Estados del país demuestran que el imperialismo norteamericano no es impenetrable ni invencible, pero la clave está en su propio proletariado migrante y afroamericano explotado. Ellos serán sus sepultureros con apoyo de las revueltas en los países oprimidos. Para unir esta lucha es necesario la fuerza de un partido mundial, solo refundando la Cuarta Internacional es posible centralizar nuestras fuerzas para combatir al capitalismo en todos los frentes de lucha posibles.

¡POR LA DESTRUCCIÓN DEL ESTADO BURGUÉS YANQUI!

¡PASO A LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA MUNDIAL!

NRCI