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¡ABAJO LA OFENSIVA IMPERIALISTA SOBRE CRIMEA!

Los tambores de guerra vuelven a sonar, esta vez en Ucrania, donde hace ocho años atrás se desató una insurrección fascista, la ocupación rusa de Crimea y el levantamiento armado de los mineros del Dombás. 

Para que el proletariado pueda comprender lo que está ocurriendo hoy en este país del este europeo es necesario, entonces, remontarnos al origen de la crisis actual, a fines del año 2013.

LA INSURRECCIÓN DEL MAIDÁN

En noviembre de ese año, el gobierno prorruso de Yanukovich decidió suspender la firma de un acuerdo de asociación con la Unión Europea, lo que provocó la movilización de decenas de miles de manifestantes proeuropeos, movilización que si bien empezó pacífica devino en un levantamiento armado dirigido por organizaciones abiertamente fascistas. Yanukovich se vio forzado a huir en febrero del 2014, formándose un gobierno de coalición entre “demócratas” y fascistas del partido Svoboda, que solo un año antes había obtenido un sorpresivo respaldo electoral.

A pesar de la intensa campaña de la prensa burguesa occidental, la verdad es que este levantamiento armado, denominado EuroMaidán, no fue una insurrección proletaria progresiva, sino una insurrección pequeñoburguesa fascista, proimperialista. Esto es algo que muchas organizaciones de izquierda han reconocido o se han visto obligadas a hacerlo.

Sin embargo, los marxistas del NRCI, a diferencia de estalinistas y falsos trotskistas[i], no definimos al fascismo por su forma ideología o el uso de ciertos símbolos, sino por su composición de clase (masas pequeñoburguesas), método de lucha (insurrección armada), dirección política (capital financiero) y enemigo principal (las organizaciones obreras).

Así, todo movimiento fascista alcanza en su desarrollo una vasta influencia de masas. Para esto hace uso de la propaganda política abierta, a diferencia de militares o paramilitares que actúan de forma clandestina. Por esta misma razón, el método del fascista no es el clásico golpe de Estado sino la insurrección armada de masas pequeñoburguesas, quebradas y desesperadas. Evidentemente, armar explotados no deja de ser peligroso para los explotadores. Por esta razón, el fascismo solo puede ser impulsado por la fracción más fuerte de la burguesía, el capital financiero, como su último recurso para prevenir el triunfo de la revolución del proletariado, liquidando no solo a su vanguardia sino incluso a sus organizaciones sindicales y culturales.

Esta definición científica del fascismo se la debemos a Trotsky que pudo evidenciar su origen en Italia y Polonia, y anticipar su desarrollo en Alemania y España, combatiendo hasta el final la definición vulgar del fascismo trazada por Stalin y Dimitrov, que hoy repiten incluso muchos “trotskistas”.

Sobre esta clara base teórica marxista es que hemos definido al Maidán como una insurrección fascista triunfante, es decir, como un levantamiento armado que condujo a la sustitución de un régimen bonapartista, como el de Yanukovich, por un régimen de transición fascista.

Sin embargo, también advertimos desde nuestra primera declaración por Ucrania, que el fascismo ucraniano, a diferencia del fascismo italiano o alemán, tenía una debilidad intrínseca: movilizar solo a una fracción de la pequeña burguesía (la no rusófona). Así, en Ucrania la cuestión del fascismo se encuentra mezclada con la cuestión nacional que separa a las masas que hablan ucraniano de las masas que hablan ruso y se encuentran principalmente concentradas en la parte Este del país (en la región minera del Dombás).

Así, el Maidán pequeñoburgués pudo aplastar con éxito a las organizaciones obreras de la capital, Kiev, pero no pudo evitar el levantamiento revolucionario de las masas mineras[ii], pero también pequeñoburguesas empobrecidas del Dombás, levantamiento antifascista conocido como AntiMaidán[iii]. Era absurdo, entonces, esperar en Ucrania el desarrollo de un régimen fascista fuerte, totalitario, al estilo del régimen de Hitler o Mussolini. Por el contrario, era más probable un fascismo débil, truncado, con rasgos bonapartistas y parlamentarios, similar al descrito por Trotsky en Polonia:

“Es metodológicamente falso formarse la imagen de un régimen fascista ‘ideal’ y oponerla a este régimen fascista real que surgió, con todas sus peculiaridades y contradicciones, de la relación entre las clases y las nacionalidades tal como se da en el Estado polaco. ¿Podrá, Pilsudski, llevar hasta sus últimas consecuencias la destrucción de las organizaciones proletarias? La lógica de la situación lo lleva inevitablemente por este camino, pero la respuesta no depende de la definición formal de ‘fascismo’ como tal, sino de la relación de fuerzas real, de la dinámica del proceso político que viven las masas, de la estrategia de la vanguardia proletaria y, finalmente, del curso de los acontecimientos en Europa occidental, sobre todo en Francia”[iv].

Esta tesis sobre la debilidad insuperable del fascismo ucraniano, no la planteamos ayer o el año pasado, sino el mismo 2014, semanas antes de las elecciones presidenciales del 25 de mayo, en las cuales la organización fascista Svoboda no pudo alcanzar la masiva votación que obtuvo un año y medio antes, cuando se convirtió en la quinta fuerza parlamentaria de Ucrania, con 37 diputados.

La izquierda proeuropea ha señalado este fracaso electoral como prueba de que el Maidán no fue fascista o que el régimen que impuso tampoco lo fue, a pesar de que Svoboda formó parte del primer gobierno parido por el Maidán. Sin embargo, si tanta importancia le da esta izquierda al conteo electoral para medir la fuerza del fascismo, ¿por qué entonces no encendieron las alarmas ante el triunfo electoral de Svoboda en octubre del 2012? ¿por qué ocultan que el Maidán se desató solo 12 meses después, bajo las mismas consignas que Svoboda había estado agitando por años? Lo que deben explicar los reformistas proeuropeos es por qué Svoboda perdió tan pronto el respaldo electoral que había obtenido y la respuesta a esta pregunta es muy sencilla: el AntiMaidán.

LA REVOLUCIÓN DEL ANTIMAIDÁN

Efectivamente, fue la revolución obrera del Este lo que hizo que la polvareda humana del fascismo fuera espantada, girando el péndulo político hacia la negociación y la reconciliación. Por esta razón venció Poroshenko. Sin embargo, esto no significa que el régimen dejara de ser fascista o que los fascistas dejaran de participar en el gobierno, ya que el fascismo no es un régimen impuesto por votos sino por la fuerza. Ni Hitler ni Mussolini obtuvieron jamás una votación mayoritaria.

Ciertamente, como habíamos predicho[v], hubo un retroceso importante en el régimen de transición fascista con el retiro de Svoboda y el ascenso de Poroshenko, sin embargo, no solo las milicias fascistas de Svoboda y Sector de Derecha siguieron actuando impunes, encabezando incluso la ofensiva militar sobre el Dombás[vi], sino el fascista Andrei Parubi se mantuvo como jefe del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania. Parubi fue fundador y líder del Partido Nacional-Social de Ucrania hasta que cambiara su nombre a Svoboda el 2004; posteriormente fue diputado por “Patria” de Timoshenko, y fue quien organizó las “autodefensas” fascistas del Maidán. Así, el reformista que dice que el bonapartista Poroshenko llegó para disciplinar “tanto a comunistas como fascistas”, miente y lo hace descaradamente.

Sin contar que solo Ucrania y EEUU se opusieron a condenar al nazismo en la ONU, es verdad que Poroshenko ordenó la prohibición de toda simbología comunista por ser comparable a la simbología nazi. Sin embargo, esto no implicó condenar ni la simbología ni la ideología de las organizaciones que reivindican abiertamente al fascista ucraniano Stepán Bandera, que colaboró con Hitler en el exterminio de judíos polacos. Por el contrario, el 2018 el parlamento aprobó una ley para declarar el día de su nacimiento como fiesta nacional[vii].

Por esta razón, ni Svoboda, ni Sector de Derecha, ni ninguna organización fascista ucraniana ha sido prohibida o reprimida en Ucrania, a diferencia de las organizaciones de la izquierda prorrusa que han sido brutalmente aplastadas.

Es verdad que el régimen de transición fascista se vio obligado a dar un paso atrás, pero solo para darse impulso.

Cumpliendo con su promesa de campaña, Poroshenko propició las negociaciones con Rusia y los jefes de las repúblicas del Dombás que condujeron a los acuerdos de Minsk, en septiembre de 2014. Sin embargo, estos acuerdos solo fueron una treta de los fascistas para reimpulsar su ofensiva sobre el Dombás, donde el pacto solo provocó confusión y frustración entre las milicias obreras. Ahora el AntiMaidán era el que retrocedía, envalentonando a la masa fascista de Kiev que le dio la victoria de las elecciones de octubre de ese año al “Frente Popular”, partido de las milicias fascistas de Parubi[viii] y el primer ministro Arseni Yatseniuk[ix], partido escindido de “Patria”[x].

Así, el régimen de transición fascista avanzó no solo en su ofensiva, sino también en su particular consolidación no en toda Ucrania, sino en la parte bajo su dominio, integrando formalmente a la mayoría de milicias fascistas en la estructura militar del Estado ucraniano[xi]. Al mismo tiempo, en las Repúblicas burguesas prorrusas del Dombás, se produjo un proceso parecido de subordinación de las milicias revolucionarias en la estructura militar del Estado, liquidando previamente a los dirigentes opuestos a los acuerdos de Minsk I[xii] y Minsk II (febrero 2015).

No obstante, la transformación de los milicianos fascistas en soldados profesionales, si bien le otorgó estabilidad al régimen fascista, preparó al mismo tiempo su posterior reconversión en régimen bonapartista, es decir, en un régimen de oscilación apoyado en el aparato militar-policial. Fue, entonces, bajo este régimen bonapartista posfascista, que se celebraron las elecciones presidenciales del 2019 que le dieron la victoria al comediante de TV Volodímir Zelenski.

Si bien Zelenski no solo apoyó el Maidán sino financió la formación de un batallón fascista para combatir la revolución del Este, como jefe bonapartista renovó la mayoría de ministerios, no obstante, mantuvo en su cargo al Ministro del Interior (hasta su renuncia el año pasado). En una asamblea de la ONU mostró la bala que mató a un miliciano fascista en Dombás[xiii]. En marzo del año pasado firmó un decreto aprobando “la estrategia de desocupación y reintegración” de Crimea y Sebastopol; y en agosto junto a los EEUU e Inglaterra firmó la “Plataforma de Crimea” con el mismo objetivo declarado.

Es bajo estas condiciones políticas que se ha desatado la actual crisis diplomática entre las potencias imperialistas y las naciones atrasadas de Ucrania y Rusia.

LA OFENSIVA SOBRE CRIMEA

Como ya se había mencionado, la cuestión del fascismo en Ucrania se encuentra mezclada con la cuestión nacional, pero no solo en relación a la división interna del país, sino a su conexión con Europa y Rusia. Así, la insurrección fascista del Maidán no tuvo solo como objetivo prevenir la revolución proletaria en Ucrania, sino también preparar una ofensiva imperialista sobre Crimea y Rusia.

Las potencias de Occidente siempre tuvieron un interés especial por Crimea debido a su ubicación militar estratégica. Después de la Revolución de Octubre, la población tártara de Crimea decidió formar parte de la Federación Rusa Soviética y no de la Ucrania Soviética. Cuando Alemania ocupó Crimea bajo el argumento falso de que era territorio ucraniano, violando el Tratado de Brest-Litovsk, Lenin mismo denunció la intervención[xiv]. Luego Stalin rusificaría Crimea, expulsando a su población originaria y luego Jruschov ordenaría burocráticamente su separación de Rusia y adhesión a Ucrania. Cuando se disolvió la URSS y se restauró el capitalismo en Ucrania, el imperialismo cedió a Rusia la base naval de Sebastopol, al sur de Crimea, creando una situación híbrida que no podía mantenerse indefinidamente: o Rusia ocupaba toda Crimea; o Ucrania, alentada por el imperialismo, expulsaba a Rusia.

El tiempo de resolución de esta cuestión ha llegado finalmente.

Evidentemente si se cree esa estupidez de la prensa burguesa occidental de que Rusia es una “potencia imperialista” aunque su productividad sea bajísima, su exportación del capital vaya principalmente a Chipre, y su poder financiero sea local[xv]; se creerá que la ocupación militar de toda Crimea es una “invasión imperialista” y no una medida defensiva contra la ofensiva declarada por el régimen fascista ucraniano dirigido desde Washington.  

La posibilidad de un choque directo entre el ejército burgués ucraniano y el ejército burgués ruso en Crimea ha estado siempre allí, aunque hasta ahora Ucrania solo se haya movilizado contra las repúblicas prorrusas de Dombás y ni la OTAN ni EEUU hayan intervenido. Sin embargo, con el retroceso de la revolución de los mineros del Este garantizado por la política contrarrevolucionaria de los gobiernos de Frente Popular sometidos a Putin, el imperialismo tiene carta libre para pasar a la ofensiva, resolviendo la cuestión de Crimea con sus propias manos. Las recientes maniobras y advertencias lanzadas por el imperialismo y la respuesta de Rusia movilizando sus tropas en su frontera con Ucrania apuntan a que la guerra podría desatarse en cualquier momento.

LA IZQUIERDA DEL EURO Y DEL RUBLO

¿Cuál es la posición que debemos tomar los internacionalistas frente a este conflicto?

Como ya denunciamos desde nuestra primera declaración, el socialismo pequeñoburgués se ha dividido nuevamente las tareas: unos apoyando al fascismo de Kiev, y otros sosteniendo la política contrarrevolucionaria de Moscú. Así, tanto la izquierda proeuropea como la izquierda prorrusa se han opuesto abiertamente a que el proletariado ucraniano, ruso y mundial desarrolle una política independiente de ambas fracciones burguesas, que abra el camino hacia su dictadura revolucionaria y la conquista de una federación mundial de repúblicas socialistas soviéticas.

Una buena muestra de la podredumbre de la izquierda proeuropea es la presentación que hizo el dirigente de la organización trotskista ucraniana “Oposición de Izquierda” en el parlamento británico:

“… es verdad que el movimiento EuroMaidán fue iniciado por la oposición de derecha. Y es verdad también que la parte más organizada e influyente de esos derechistas es el partido de extrema derecha Svoboda. Yo considero que este partido está tratando de desarrollarse a sí mismo en la tradición del hitlerismo… Consecuentemente, nosotros aceptamos este gobierno como uno legítimo. Este fue claramente formado sobre la ola de una movilización realmente de masas del Maidán. Y declaró su responsabilidad al Maidán. Nosotros solicitamos a todos los gobiernos del mundo y a Rusia entre otros a reconocer este gobierno. Pero nosotros no lo apoyamos políticamente. Nosotros lo apoyamos en la práctica en algunas iniciativas como el proyecto de información abierta, pero nosotros no apoyamos la destrucción de monumentos o sus iniciativas legislativas sobre idiomas… ¡por supuesto que es importante mostrar tolerancia cero para la extrema derecha, que está presente en el nuevo gobierno ucraniano!”

Con matices, esta es en esencia la posición de la izquierda estalinista y seudotrotskista que llama a defender Ucrania del “imperio ruso”[xvi] y lanza la consigna “por una Ucrania unificada y libre de la opresión rusa”[xvii].

Por su lado, la izquierda prorrusa no se queda atrás. Veamos lo que declaró uno de los milicianos estalinistas de la Brigada Fantasma de Mozgovoy:

“… La Revolución [del Dombás] fue sofocada. Sofocada, cuando vino Plotnitskiy [expresidente de la “República Popular de Lugansk”] y los consejeros rusos, las armas, el equipo, el dinero y todo. Como dicen: quien paga – encarga la música. Y para Rusia aquí no hace falta ni una república cosaca, ni soviética. Aquí se creó, lo que se creó – una dictadura. ¿Por qué no protestamos? Sabe, para mí el despotismo ruso es más aceptable que el occidental. Prefiero que me explote el funcionario ruso, que sale conmigo el día 9 de mayo, portando la cinta de San Jorge, que lo haga un funcionario ucraniano, que además va a obligarme a querer a Bandera. Entre dos males escogimos el menor. De dos ladrones iguales – escogimos al que por los menos no se nos mete en el alma. Ni siquiera escogimos – nos resignamos. Nadie nos dejó escoger. Al inicio todo se pensaba diferente. Este levantamiento realmente lo inició el pueblo. Pero, claro, la construcción de cualquier Estado necesita de recursos financieros. Y nosotros no los teníamos.”[xviii]

Esta es, pues, la expresión vulgar pero honesta de la política de “mal menor” que sostienen los reformistas en todo el mundo cuando apoyan a Tsipras en Grecia, a Maduro en Venezuela, o al mismo Putin en Rusia.

EN DEFENSA DEL INTERNACIONALISMO

Ahora bien, la ruptura política con todas las fracciones de la burguesía no nos puede conducir a un sectarismo ciego que desconozca las diferencias entre estas mismas fracciones, diferencias que son esenciales para una orientación táctica acertada.

Así, el NRCI planteó correctamente en su primera declaración por Ucrania:

“Solo sobre la base de la más absoluta ruptura política con el campo burgués prorruso y proeuropeo es posible considerar la posibilidad de acuerdos militares parciales, provisionales y circunstanciales con el ejército ruso cipayo en el combate contra el ejército del enemigo más fuerte, de la única verdadera bestia imperialista, siempre llamando a los soldados conscriptos a pasarse al bando de su clase, del proletariado. Solo sobre esta base será posible ajustar cuentas con el ejército de Putin inmediatamente después del derrocamiento del gobierno fascista. De hecho, ya antes, ante el avance victorioso de la revolución, Putin se uniría al imperialismo para aplastarla y el proletariado pelearía entonces su batalla final por el poder contra el frente ruso-europeo. Sin embargo, para avanzar a esta situación es necesario encontrar el camino desde donde estamos y es por eso que, sin prestar el más mínimo apoyo y confianza política al ‘campo prorruso’, se hacen posibles y hasta necesarios acuerdos militares parciales para derrotar al ejército fascista de EEUU y Alemania”.

Incluso no se puede descartar que el desarrollo de la revolución proletaria en el campo prorruso conduzca a la conquista de condiciones para la dictadura del proletariado antes de la caída del régimen de Kiev, facilitando precisamente esta caída. Precisamente solo manteniendo la más absoluta independencia política de clase es que este camino puede ser abierto.

Evidentemente los anarquistas y sectarios de todas las procedencias, que para evitar enfrentar la realidad la simplifican, nos acusarán de oportunistas por plantear las tácticas del bolchevismo frente a una posible guerra entre ejércitos burgueses, no obstante, en nuestro libro La lucha de Trotsky contra el sectarismo ya hemos documentado cómo todas las tendencias sectarias terminaron trocándose en oportunismo de derecha cuando sonó la hora de la acción.

El proletariado mundial debe, entonces, oponerse en primer lugar a la ofensiva militar del imperialismo lanzada sobre Crimea, Rusia y el Dombás, defendiendo el derecho a la autodeterminación de la población rusófona de Ucrania, pero reconociendo también los derechos nacionales de la población no rusófona. El proletariado del Dombás debe volver a poner en pie sus milicias independientes, llamando a la lucha al proletariado de Kiev para derrocar juntos a los gobiernos burgueses que protegen las propiedades de la clase explotadora. Para derrotar a la OTAN el proletariado ucraniano necesita confiscar los recursos de la oligarquía, poniendo en pie sus propios organismos de lucha, preparando así su dictadura revolucionaria socialista. Para vencer, debe llamar a la movilización de sus hermanos de clase de Rusia, Europa y todo el mundo, para detener la maquinaría militar del imperialismo y enviar recursos y combatientes para la victoria de la revolución proletaria. La lucha del proletariado de Kazajistán muestra que las masas de los países exsoviéticos quiere pelear[xix], debemos impulsar su unidad para la conquista de la restauración de la URSS pero no la degenerada por Stalin, sino la fundada por Lenin y Trotsky bajo un régimen de democracia obrera e internacionalismo proletario.

Para esto, es necesario combatir a muerte no solo al reformismo sino también a todas las formas de centrismo que se opongan a la estrategia y método del bolchevismo. Es necesario, por tanto, poner en pie en Ucrania un verdadero partido obrero revolucionario y refundar la Cuarta Internacional sobre la base de su programa de 1938.

En esta perspectiva el NRCI llama a las organizaciones obreras que acuerden en lo esencial con este programa para Ucrania, a coordinar la realización de una Conferencia Internacional, como primer paso hacia la reunificación de las fuerzas proletariado mundial.


Notas

[i] Como los del Militante que, si bien reconocen que el Maidán fue fascista, también rechazan que el régimen resultante tenga este carácter. http://www.marxist.com/theses-on-ukraine-imt-world-congress-2014.htm

[ii] Como era de esperarse, los gramscianos socialdemócratas de Izquierda Diario, así como calumniaron a las milicias obreras de Libia, ahora hacen lo mismo con las milicias obreras de Ucrania tachándolas de tropas invasoras de Putin. https://www.laizquierdadiario.com/Declaracion-Abajo-escalada-guerrerista-EEUU-OTAN-Este-Europa-Ni-intervencion-imperialista-ni-ingerencia-militar-rusa-Ucrania

[iii] De hecho, muchos obreros mineros se habrían enrolado en las milicias debido a los primeros bombardeos lanzados sobre las minas de Dombás: “Sí, los proyectiles de aviones cayeron sobre la mina Oktyabrskaya… y la gente no podía salir de la mina… siendo enterrada viva. Ya no era posible permanecer en silencio. Era necesario levantar a los mineros y organizarlos. Al mismo tiempo, realizamos los primeros mítines mineros. Y quedó claro que el gobierno no quería entendernos y nos dio la espalda, lo que significa que tuvimos que tomar una ametralladora y clavarles en la cabeza que los rusos viven aquí”. https://www.nakanune.ru/articles/115052/

[iv] https://ceip.org.ar/escritos/Libro4/html/T06V108.htm

[v]Tenemos, entonces, un régimen de transición, sometido a fuerzas contradictorias y con una fuerte tendencia a consolidar uno plenamente fascista… Lo más probable es la cancelación de las elecciones del 25 de mayo o su transformación en un verdadero plebiscito fascista… Nuevamente los sabios de la metafísica escandalizados esperarían un escenario perfecto donde el fascismo toma el poder de un solo golpe o lo hace gradual y linealmente sin zigzagueos, retrocesos ni conflictos internos”. https://nrci.org/blog/2014/06/01/la-verdad-sobre-la-crisis-de-ucrania/

[vi] Un periodista burgués proeuropeo reconoce la presencia de neonazis en la ofensiva militar de Kiev pero contraargumenta que “aceptar neonazis en un régimen militar regular no es aun terrorismo o su promoción”. https://euromaidanpress.com/2019/11/04/is-the-azov-battalion-a-terrorist-organization-as-40-us-house-democrats-claim/

[vii] Su nombre ahora designa a una avenida que se llamaba Lenin; una calle de Kiev con el nombre de un general soviético fue reemplazada con el nombre de un oficial Nazi; y el 2018 los banderistas invitaron a neonazis alemanes a marchar en Kiev. Pequeños hechos que retratan la transformación fascista producida en Ucrania.

[viii] Entre estas milicias se encontraba el temible Batallón de Azov, comandado por Andrei Biletsky.

[ix] Además de Yatseniuk, fundaron el Frente Popular el despiadado Ministro del Interior Arsen Avakov, y el sucesor de Yanukovich en la presidencia de Ucrania, Oleksandr Turchínov.

[x] En estas elecciones parlamentarias el partido de Parubi obtuvo el 22.14% de los votos, por encima del 21.82% del partido de Poroshenko; luego Parubi sería elegido presidente del parlamento ucraniano hasta su renuncia en abril del 2016. Tan concentrados estaban los reformistas en señalar la derrota electoral de Svoboda que se olvidaron del fundador histórico del nuevo fascismo ucraniano.

[xi] La renuncia de Dmitró Yárosh a la dirección de Sector de Derecha a fines del 2015 puede considerarse el hito en este proceso de conversión. Luego Yárosh junto a Svoboda y otros fascistas como Cuerpo Nacional, intentarán recuperar su éxito electoral sin éxito, aunque no debemos olvidar que Yárosh fue elegido diputado el 2014 y conservó su puesto hasta julio del 2019.

[xii] Este fue el caso de Alexei Mozgovoy, jefe de la famosa brigada “Fantasma”. En realidad, Mozgovoy no era inicialmente de izquierda, solo adoptó cierto discurso “socialista” en el AntiMaidán, abriendo su brigada a milicianos derechistas pero también izquierdistas, sobre todo estalinistas venidos de Rusia.  Propició también un encuentro internacional de izquierdistas prorrusos. Si bien rechazó inicialmente los acuerdos de Minsk, nunca llamó al derrocamiento y expropiación de la burguesía de Lugansk y Donetsk. https://dedona.wordpress.com/2015/05/23/sofocar-la-llama-del-donbas-han-asesinado-el-comandante-mozgovoi-comite-enrique-lister/

[xiii] https://www.facebook.com/photo/?fbid=1254835418049712

[xiv] https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1918/may/11.htm

[xv] Es curioso como algunos llegan incluso a señalar que sería Alemania la subordinada a Rusia por su necesidad de gas, sin ver la necesidad que tiene Rusia de su capital financiero. De repente los países exportadores de materias primas se convirtieron en amos de los países industrializados. Tanto es la subordinación de Rusia a Alemania que hasta su excanciller, Gerhard Schröder, se convirtió en presidente de la petrolera rusa Rosneft. Por otra parte, la renuencia de Alemania de apoyar militarmente a Kiev podría responder a su apoyo a las maniobras defensivas de Putin, en desafío al imperialismo yanqui. Poco a poco, la verdadera potencia imperialista de Europa oriental comienza a levantar cabeza, preparando las condiciones para una nueva guerra mundial.

[xvi] Esta es también la posición de los chavistas de la “Liga Internacional Socialista” que hasta han fundado una liga ucraniana defendiendo la tesis de que el Maidán fue “una gran revolución democrática” http://as.mst.org.ar/2014/02/07/ucrania-una-gran-revolucion-democratica-dejo-en-el-aire-al-gobierno-de-yanukovich/

[xvii] https://litci.org/es/declaracion-de-la-lit-ci-ante-el-conflicto-estados-unidos-otan-rusia-ucrania/

[xviii] https://dedona.wordpress.com/2015/08/03/entrevista-al-voluntario-comunista-aleksandr-krot-rp-de-lugansk/

[xix] https://nrci.org/blog/2022/01/27/que-se-abra-la-revolucion-en-las-exrepublicas-sovieticas/

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