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¡Abajo la dictadura capitalista en Myanmar!

A la ola de masivas protestas en el mundo se suma ahora Myanmar o Birmania donde a inicios de febrero se perpetuó un golpe de Estado tomando el control formal del gobierno nuevamente una Junta Militar. Las pasadas elecciones de noviembre dieron como ganador a la Liga Nacional para la Democracia de Aung San Suu Kyi (Consejera de Estado), pero que junto al presidente Win Myint y varios funcionarios fueron destituidos y detenidos por los militares antes de que los electos fueran juramentados por el parlamento, asumiendo el poder Min Aung Hlaing, jefe del Tatmadaw, como se le conoce a las Fuerzas Armadas de Birmania.

Una historia de lucha y militarismo

El periodo revolucionario que se abrió a finales de la Segunda Guerra Mundial dio la posibilidad a las naciones oprimidas del sudeste asiático de luchar por su liberación de las potencias europeas. En el caso de Birmania, una coalición de partidos nacionalistas y el estalinismo habían apoyado a los Aliados contra la invasión de Japón durante la guerra como parte de la política de la burocracia estalinista de la Comintern de apoyo a las democracias occidentales. Como ya sabemos, con esta política se traicionaba los intereses del proletariado mundial en medio de una guerra de la burguesía por el reparto de sus colonias. Esta capitulación vergonzosa llevó a los estalinistas a ser parte de Liga Antifascista para la Libertad del Pueblo (AFPFL, por su sigla en inglés). Este Frente una vez en el poder empezó a negociar la independencia de Birmania con el imperio británico que terminó otorgándosela en 1948. Pero en 1949, producto de la revolución china, en el Partido Comunista de Birmania se abre una escisión ligada al maoísmo e inicia una insurrección denunciando el servilismo de la Liga durante las negociaciones con Gran Bretaña.

En 1962 la casta militar realiza un golpe de Estado instaurando la “vía birmana al socialismo” al mando de un “Consejo Revolucionario” que disolvió el parlamento y fundó el único partido legal en el país: Partido del Programa Socialista de Birmania, este se convertiría en una fachada civil para la dictadura militar. En un primer momento el levantamiento guerrillero negoció con este gobierno para deponer las armas, pero este objetivo fue infructuoso. El gobierno fue obteniendo más apoyo del campesinado y los guerrilleros quedaron aislados y fueron finalmente casi exterminados en 1975. Así la estrategia del estalinismo y la de su versión maoísta terminarían en el fracaso.

En 1988 y tras unas fuertes protestas el gobierno militar entró en crisis prometiendo elecciones que se realizarían en 1990. Sin embargo, la casta militar desconoció el proceso y los militares seguirían en la administración estatal. Ya en 2007 se abre un proceso revolucionario en la región. Nepal luchaba contra la monarquía y en Tailandia las masas reaccionaron al golpe perpetrado el 2006. Las revueltas en Birmania fueron provocadas por el alza de los precios del combustible y del transporte y se le conoció como la “Revolución Azafrán”. Decenas de miles de explotados salieron a enfrentar la dictadura que persiguió y asesinó a miles de explotados y terminó estableciendo una “hoja de ruta hacia la democracia” prometiendo un referéndum constitucional en 2008 y elecciones generales para el 2010. El referéndum fue denunciado a nivel internacional como un fraude donde la casta militar impuso el 25% de los escaños para miembros elegidos directamente por el comando del Ejército, además de incluir una serie de prohibiciones que impidieron que la Liga Nacional para la Democracia de Aung San Suu Kyi participara en las elecciones legislativas del 2010.

En las elecciones del 2015 La Liga Nacional para la Democracia logra obtener la mayoría en las dos cámaras del parlamento y nombra a Aung San Consejera de Estado por la imposibilidad de asumir como Jefa de Estado debido a las restricciones que impusieron los militares en 2008. Aung San Suu Kyi asumiría el cargo hasta ser derrocada el pasado febrero.  Durante su gobierno, el ejercito seguía teniendo el control del país. En una semi colonia como Birmania se expresa profundamente la dictadura bonapartista sostenida por la casta militar asesina. La represión contra los musulmanes rohingya y los refugiados durante su mandato provocó que fuera internacionalmente cuestionada por haber recibido el Nobel de la Paz y otros premios como “luchadora por la paz y la democracia”. Estos galardones representan el beneplácito que tiene la burguesía con ella por haber cumplido su función como cómplice de la dictadura militar que encubrió su gobierno. La burguesía sabe que necesita a esta contención para mantener a las masas oprimidas en la llamada “democracia con disciplina”. Durante estas duras represiones y exterminios de etnias enteras los niños y las mujeres terminan sufriendo las peores consecuencias. El ejército secuestró, violó y asesinó con total impunidad en el gobierno de Aung San en lo que se conoce como el genocidio rohingya, los mismos buitres de la ONU denuncian el sistemático medio de violación sexual cometido contra mujeres musulmanas y migrantes como método de represión.

La burguesía nativa es enemiga

Las últimas protestas en Myanmar contra el golpe militar no están aisladas, la juventud y los oprimidos encuentran inspiración y se contagian de las últimas protestas en Hong Kong y Tailandia por las libertades democráticas. Las clases dominantes de las metrópolis procuran la opresión y la explotación que viven las masas empobrecidas de estos países incluso por medio de viejas instituciones feudales que fueron adaptadas para mantener la explotación colonial en el capitalismo. El enemigo principal de todos estos pueblos oprimidos sigue siendo la burguesía en la potencia opresora, de allí la inevitable necesidad de vincular la lucha democrática burguesa de las masas de la nación oprimida y el proletariado de las metrópolis lo cual agudiza los intereses de clase entre la burguesía y el proletariado en la propia semi colonia. El único método para liberar realmente a la nación es el de la lucha de clases, son los métodos del proletariado los capaces de poner audazmente a la única clase revolucionaria moderna a la cabeza de la nación revolucionaria y transformarla en el inicio de la revolución socialista.

Las direcciones burguesas que ahora intentan reagruparse en el llamado Comité para Representar a Pyidaungsu Hluttaw (CRPH), intentan unir a las etnias que se encontraban sublevadas contra el régimen militar que los mismos miserables de la Liga Nacional para la Democracia sostenían abiertamente. Esta es la vieja receta de subordinar las manifestaciones a la burguesía “más radical” que incluso ahora empezó a hablar de “revolución” para restablecer la democracia impulsando la desobediencia civil pacífica. Así la burguesía de Birmania presta inconmensurables servicios al capital extranjero mostrándose “dispuestos” a enfrentar a la Junta Militar sostenida por Occidente. Mientras el régimen militar de Min Aung Hlaing masacra a obreros y campesinos, arresta a los líderes como Aung San Suu Kyi luego de prevenirlos con bastante antelación, esto es simplemente un recambio dentro del bonapartismo y nada más. La dictadura bonapartista se cansó de las frases democráticas de la LND, ahora ha roto el velo y gobierna directamente con la mano de los militares.

La represión encarnizada de la casta militar se ha cobrado la vida de al menos 138 manifestantes y cientos de detenidos desde que se produjera el golpe de Estado. El movimiento inició como una resistencia pacífica pero las masas empiezan a presentar batalla levantando barricadas en los barrios y defendiéndose en las redadas nocturnas del régimen. El proletariado de las principales ciudades transformará las diferentes formas de resistencia en una revolución, bajo su dirección las masas pobres encontrarán los métodos para vencer. La huelga de ferroviarios y textiles encabezan las manifestaciones en los distritos de Rangún en un país mayoritariamente de campesinos, así la ciudad demuestra su importancia decisiva en las manifestaciones.

Hacia la revolución permanente

En Myanmar encontramos elementos de opresión agraria y nacional, se debe valorar estos elementos en relación con la consciencia de las masas y darle a cada uno la importancia que tienen. Aquí el programa de la revolución permanente es indiscutible, la cuestión radica en emplear las consignas tácticas para llevar la conciencia de las masas hacia sus conclusiones estratégicas. El vínculo que une a la burguesía nativa con el capital extranjero solo deja espacio para que sea el proletariado quien acaudille a las masas pobres que luchan por la tierra y por la libertad, de lo contrario los oprimidos quedaran nuevamente atados a la trampa reformista de subordinar los intereses de la mayoría explotada a los de los explotadores de la nación y con ellos al capital extranjero.

Para esta nación es necesario agitar consignas democráticas como la de Asamblea Constituyente Revolucionaria que responda a la necesidad de la tierra para el campesino, esta es la base para la democracia, así como la ruptura con el imperialismo es la base para la liberación nacional. Las elecciones libres solo pueden desarrollarse bajo los escombros de la Junta Militar asesina. En este proceso de lucha democrática el proletariado debe organizarse de forma independiente de la burguesía en sus propios organismos como los comités de lucha, de huelga, resguardado por sus autodefensas, en fin, la creación de soviets debe plantearse como la tarea apremiante. La expropiación sin pago y bajo control obrero de las agroindustrias, textilerías y ferrocarriles son necesarias para garantizarle a las masas el pan y el desarrollo de la industria nacional. 

Se debe exigir a las direcciones del movimiento proletario que rompan su subordinación a la burguesía de la Liga Nacional por la Democracia, al Comité para Representar a Pyidaungsu Hluttaw (parlamento en Myanmar) o alguna otra formación de las burguesías nativas que terminarán arrastrando al proletariado y salvando el régimen de explotación y saqueo.

Estas tareas no pueden desarrollarse sin tocar la dictadura bonapartista, es decir, la estructura militar policial del régimen. Sin embargo, las direcciones políticas del proletariado envenenan a las masas con falsas ilusiones en las instituciones de régimen semicolonial, así por ejemplo Alternativa Socialista, grupo que le capitula a Sanders en EE. UU. sostiene que: “Una Asamblea Constituyente elegida por la clase trabajadora, la población rural y los oprimidos a través de tales estructuras democráticas podría acordar un plan para cambiar fundamentalmente la sociedad”. Por otro lado, Izquierda Diario fiel a su pacifismo y parlamentarismo mediocre recurren a las abstracciones de siempre sobre la “independencia política” y la “creación de una organización política de los propios trabajadores”. La vieja estrategia socialdemócrata vociferada por nuevos partidos socialdemócratas: la vía parlamentaria al “socialismo”.

En las semi colonias las tareas de la revolución democrática burguesa se desarrollarán a través de la dictadura del proletariado, partiendo horizontalmente al ejército, uniendo al proletariado de las demás naciones de la región y principalmente al de la potencia opresora. Esto no será más que el preámbulo de la revolución socialista mundial que se une en inseparable conexión con las revoluciones del Magreb y Medio Oriente y del continente americano. Estos objetivos solo pueden ser llevados adelante refundando la Cuarta Internacional armado del programa de transición. Las demás direcciones reformistas sucumben ante el embate de los acontecimientos, ocultan sus traiciones como la capitulación a la cuarentena militar. Los revolucionarios les decimos a las masas que la burguesía implementó su cuarentena para fortalecer su dictadura militar y policiaca.

Myanmar aparece frente al mundo para gritar que las dictaduras no son decisiones de cierto tipo de gente aislada o características de algunos gobernantes, son la consecuencia inevitable dentro del capitalismo, es el modo de perpetuar la explotación y la acumulación de plusvalía a costa de la vida y las libertades de los trabajadores. La endeble democracia burguesa cede su lugar a la dictadura abierta o velada contra el 99% de la población mundial. No existe un régimen intermedio o combinado como las direcciones pequeñoburguesas se empeñan en crear, a la dictadura de una minoría de saqueadores y explotadores hay que oponerle la dictadura del proletariado apoyado por las masas campesinas y pauperizadas del planeta.

 

 

 

 

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