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La cuarentena no podrá acallarnos

Por Susan Abigal 

 

 

Un escenario donde se reduzcan a cero las acciones colectivas de protesta callejera no lo hubiese imaginado ni el más represor de los dictadores de América Latina, puesto que la historia de esta parte de la humanidad está llena de referencias de manifestantes que tomaron las calles para hacer llegar su voz de repudio a las políticas que no favorecían a los desposeídos aún bajo el gobierno de cada una de las dictaduras latinoamericanas (que fueron duramente reprimidos, eso sí).

Sin embargo, ahora el pavor a una enfermedad que es contagiosa y mata (cómo si la clase obrera no muriera por miles diariamente de enfermedades curables) ha logrado que los gobiernos latinoamericanos tengan el pretexto perfecto para prohibir el uso de las calles para cualquier cosa y, por supuesto, para las protestas, con la anuencia de los que dicen representar a esos desposeídos.

Es el caso de la represión sufrida por los manifestantes argentinos un día antes de decretarse la cuarentena obligatoria por el coronavirus.

El asesinato de Beatriz

El 13 de marzo Beatriz Mechato Flores (75 años) fue embestida por una moto mientras huía de policías de la Ciudad de Buenos Aires para evitar que le incautaran su mercadería. Beatriz, peruana y jubilada, vendía medias en forma ambulante para sobrevivir y ayudar a su familia. La Agencia Gubernamental de Control de Buenos Aires y la policía federal realizaban un operativo en contra de los vendedores ambulantes, ella guardó su material de trabajo y corrió cuando fue atropellada por una moto. Después de días de agonía y aun con la terapia intensiva, finalmente falleció el miércoles 18 de marzo[1].

El jueves 19, familiares y compañeros de la víctima se movilizaron para reclamar justicia, pero fueron reprimidos por la policía, detuvieron a un dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Juan Grabois, junto a 34 personas más. Antes ya habían salido a protestar los integrantes del Movimiento de Trabajadores Excluidos, del cual Beatriz era miembro, afirmando que saben que trabajar en la vía pública está prohibido pero que no queda otra alternativa de sobrevivencia para ellos, denuncian que en esos operativos les quitan la mercadería y no dan constancia de lo que llevan, reclaman que les dejen trabajar o que se les derive a un lugar para trabajar.

Sin embargo, la justificación a la represión a la manifestación del día 19 fue que habían cometido infracción sobre el distanciamiento social recomendado por el gobierno ante la amenaza de contagio por el coronavirus. Recordemos que en Argentina ese mismo jueves 19 recién se emite la norma sobre aislamiento social (cuarentena) que está en vigencia desde el día 20 de marzo, es decir, un día después de la violenta represión a los protestantes. Natalia Zaracho, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos y de Frente Patria Grande expresa: «La situación es muy difícil no solamente para la familia sino también para los compañeros que todos los días están trabajando en la calle. Nosotros salimos a mostrar lo que está pasando, ya que esta todo tapado por lo que pasa en el país y que no quede impune la muerte de la compañera. La concentración era muy chica, fuimos reprimidos. Hay compañeros que no sabemos dónde ni cómo están». Al transcurrir unas horas, fueron liberados.

Omar Guaraz, referente de Vendedores Libres recordó que Beatriz quedó tendida sobre el asfalto a metros de distancia de donde, en agosto de 2018, fue atropellada María Barrechea, otra vendedora ambulante arrollada por un colectivo cuando intentaba burlar un operativo para secuestrarle mercadería[2]. No es novedad la persecución a los vendedores ambulantes ni la represión a las protestas sociales, pero ahora invocan la amenaza de un virus. Se informa que ante la noticia sobre la movilización y la detención de los manifestantes, el foco de atención se puso en la infracción sobre el distanciamiento social, generando mucha indignación en las redes sociales.

La cuarentena también mata

Lo que no se quiere ver es que esta crisis, generada por el coronavirus, la están pagando los pobres que el capitalismo genera.

En Senegal se estima que hay unos 100 000 talibés de los que la mitad están obligados a mendigar para comer, muchos de ellos niños, pequeños aprendices del Corán que mendigan en las calles para sobrevivir o para escapar al castigo de su maestro. Sin embargo, las medidas adoptadas por el Gobierno para tratar de contener el avance del coronavirus, incluido el toque de queda nocturno, los ha dejado sin alimentos. Sin gente en la calle no hay limosna, no hay comida. Luego está el problema de la falta de higiene. Miles de estos pequeños viven en condiciones insalubres, sin un techo donde cobijarse o en cabañas improvisadas, padecen de sarna y otras enfermedades y no tienen acceso a agua potable, son los más vulnerables frente al virus[3].

En la India se ha declarado un cierre de 21 días desde el 24 de marzo para evitar la propagación del coronavirus. Sin trabajo, ni alimento, millones de trabajadores y sus familias abandonan las grandes ciudades para volver a sus pueblos natales, porque son los informales y sin ningún derecho laboral los que quedaron sin dinero y temen morir de hambre. La paralización de todo tipo de transporte significa que se vieron obligados a volver a pie, caminando de día y de noche. Llevan solamente comida, agua y ropa. Caminan también niños y ancianos de hasta 90 años. Comen galletas y fuman bidis, cigarrillos tradicionales indios hechos a mano, para matar el hambre. “Moriremos caminando antes de que el coronavirus nos golpee“, dice un hombre. No exagera.

La semana pasada, un hombre de 39 años en una caminata de 300 kilómetros se quejó de dolor en el pecho y agotamiento y más tarde murió. Otro caminante de 62 años se desplomó frente a su casa y murió. Cuatro migrantes fueron atropellados por un camión en una carretera oscura. Ahora el jefe de Gobierno de Nueva Delhi solicitó que se quedaran donde sea que estuvieran “porque en grandes aglomeraciones también corren el riesgo de infectarse con el coronavirus“. También dijo que su gobierno pagaría el alquiler y anunció la apertura de centros de distribución de alimentos en la capital. Pero los gobernantes se equivocaron al no anticipar este éxodo interno, pues existen varios antecedentes de éxodos en crisis en la historia de India[4]. No les importó.

En Honduras, el estado de excepción por el coronavirus ha dejado en imposibilidad de trabajar a miles de obreros, dejando al 75 por ciento de la población sin sustento alimentario, y tampoco han suspendido el cobro de agua y energía eléctrica. Al octavo día de la cuarentena realizaron manifestaciones públicas, tomas de carreteras y quema de llantas para demandar entrega de alimentos.  La policía hondureña los ha reprimido con gases lacrimógenos. El lunes, policías también lanzaron gases a los ciudadanos que se congregaban en los mercados para comprar productos alimenticios[5].

Es que no podrán acallar a la clase obrera que soporta la economía mundial sin mayor beneficio que la sobrevivencia y ahora hasta eso le quitan. En el sur de Italia, el 26 de marzo, un grupo de personas intentó salir de un supermercado de Palermo sin pagar, gritando: “No tenemos dinero para pagar, tenemos que comer”. En otros municipios, los dueños de pequeños comercios son objeto de presiones de algunos habitantes, que piden que les den alimentos gratuitamente. El servicio de información italiano ha elaborado un informe advirtiendo que existe un potencial peligro de revueltas y rebeliones, espontáneas y organizadas (por internet, incluso)[6].  Por eso necesitan que el control de las calles la tenga la policía y el ejército.

Estas cuarentenas tienen más consecuencias graves para los pobres, como lo admiten hasta los diarios conservadores: “El aplazamiento de la atención médica para otras enfermedades, que ya está ocurriendo en todo el mundo a medida que los sistemas de atención sanitaria se sobrecargan y anticipan la afluencia de casos de Covid-19, podría afectar drásticamente la morbilidad y la mortalidad por diversas enfermedades crónicas. Permanecer en casa… puede significar largas horas de reclusión en viviendas abarrotadas e inadecuadas. Y eso puede tener efectos adversos para la salud. Casi la tercera parte de la población urbana de todo el mundo vive en barrios marginales”.[7]

La inmunidad de los parásitos

En un universo paralelo, para el ínfimo porcentaje de los más ricos del planeta, la realidad es muy diferente.

Ellos huyen a mansiones en el campo o la playa, o incluso a islas privadas, y algunos hasta se han mandado construir búnkers especiales[8]. ¡Ah!, pero estos multimillonarios han perdido cientos de millones debido a las reacciones del mercado ante el imparable COVID-19. Por ejemplo, Mukesh Ambani perdió 5,8 mil millones de dólares la semana pasada, lo que hizo que su fortuna descendiera a 41,8 mil millones de dólares. Así otros han perdido centenas de millones de dólares, pero aún con sus pérdidas tienen los millones que la clase obrera produjo y que necesita para enfrentar esta y todas las pandemias por venir[9].

Por si fuera poco, los países más ricos ya elaboran planes para acaparar una vacuna contra el covid-19 que aún no existe. Una de las voces que advierten sobre la llamada “brecha de inmunización” es el epidemiólogo Seth Berkley. Sus temores no carecen de base: el acceso desigual ya se ha producido con vacunas anteriores.[10]

Y nos mandan al encierro para que éstas denuncias no salgan a las calles, nos tienen controlados a través de la policía y el ejército, mejor que cualquier sistema político totalitario. “Cuando alguien le mete miedo al pueblo, hace lo que quiere con él…”, nos dice Paul Goldschmidt (virólogo Argentino que vive hace cuarenta años en Francia). Agrega que este tipo de enfermedades (Covit-19) no merecen que el planeta esté en un estado de paro total, salvo que haya predicciones que sean realistas. Sostiene que el bloqueo para achatar la curva se hizo en función de los primeros cálculos, pero ahora dice que los mismos científicos dan otros cálculos, que está en el orden de los valores de la gripe[11].

Los gobiernos que cuidan las espaldas de los empresarios que los pusieron en el poder, prefieren el confinamiento de la población, especialmente de la clase obrera, para que no escuchen más bien las voces de protesta que reclaman justicia por las Beatrices muertas, con o sin coronavirus, por las miles de causas por las que muere la clase obrera cada minuto: desnutrición, “accidentes laborales”, enfermedades tratables como el dengue, etc. Pero no podrán acallarnos, los obreros y obreras no darán tregua, para salir de esta crisis deberán liquidar el capitalismo, destruir su Estado, expropiar a los parásitos.

 


Notas

[1] https://puntocero.me/justicia-por-beatriz-mechato-flores/

[2] https://www.pagina12.com.ar/253600-murio-la-mujer-atropellada-en-un-operativo-de-la-policia-de-

[3]https://elpais.com/elpais/2020/03/30/planeta_futuro/1585561852_795584.html

[4] https://es-us.finanzas.yahoo.com/noticias/coronavirus-encierro-india-covid-19-054456487.html

[5] https://notibomba.com/honduras-reprimen-manifestantes-que-exigian-comida-en-medio-de-crisis-por-coronavirus/?fbclid=IwAR2-1w8L1OfaIFsp9ZWRKb3pr9x4tOR4PVseYD8DLuFN7myCZuo504JQ2DE

[6] https://www.elcomercio.com/actualidad/italia-saqueos-coronavirus-supermercados-emergencia.html

[7] https://elpais.com/ciencia/2020-03-26/por-que-el-coronavirus-va-a-cebarse-con-los-mas-pobres.html?ssm=TW_CM_MAT

[8] https://es-us.finanzas.yahoo.com/noticias/ricos-cuarentenas-210817790.html

[9] https://es-us.finanzas.yahoo.com/fotos/15-multimillonarios-pierden-mucho-dinero-debido-a-la-pandemia-del-coronavirus-071910797/photo-15-multimillonarios-pierden-mucho-dinero-155025021.html

[10] https://es-us.finanzas.yahoo.com/noticias/coronavirus-brecha-inmunizaci%c3%b3n-peligro-pa%c3%adses-011623615.html

[11] https://www.infobae.com/coronavirus/2020/03/28/para-un-prestigioso-cientifico-argentino-el-coronavirus-no-merece-que-el-planeta-este-en-un-estado-de-parate-total/?fbclid=IwAR3mPQ8iwHQd-nMc4Go4ezFFaYSlQv7PbRYRMqUnnTwAan-MW4l1ft63nRE

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