Hace ya tres meses atrás que el gobierno capitalista de China impuso una ley para que los ciudadanos de Hong Kong sean juzgados en China. Los trabajadores de Hong Kong rechazan esta ley porque los obligaría a ser juzgados con los métodos brutales de la dictadura china, violando la relativa autonomía de Hong Kong.
En 1997 Hong Kong dejó de ser una colonia del imperio británico y pasó a ser una “región administrativa especial” de China[i]. Si bien el imperialismo cedió políticamente esta región a China (junto con Macao) no dejó de tener presencia económica. Hong Kong recibe la tercera parte de toda la inversión de Inglaterra en Asia; asimismo alberga a más de 1300 transnacionales estadounidenses. Hong Kong sigue siendo un paraíso fiscal para los negocios legales e ilegales de la burguesía imperialista y también le sirve a EEUU de base “antiterrorista”. La supuesta “potencia china”, cuyo PBI per cápita compite con el de los países africanos, aún permite por tanto la existencia de enclaves imperialistas en su territorio. Su ley de extradición no tiene nada que ver con un supuesto “conflicto inter-imperialista” sino con la necesidad de extender su dictadura totalitaria a Hong Kong para beneficio, en última instancia, de EEUU, Europa Occidental y Japón que también dominan económicamente China[ii].
Contra esta dictadura capitalista es que se vienen movilizando los explotados de Hong Kong, enfrentando con palos y molotov las fuerzas policiales y parapoliciales del gobierno pro-chino de Carrie Lam, dejando miles de heridos y detenidos en el camino. Los explotados de Hong Kong han sacado las lecciones de su lucha del año 2014[iii], entrando a cada paso en conflicto con las direcciones sindicales pacifistas subordinadas a los partidos democrático-burgueses de Hong Kong, partidos como Demosisto del joven Joshua Wong[iv]. Los manifestantes ahora no solo exigen la derogación definitiva de la ley de extradición sino también el sufragio universal para elegir a sus representantes políticos al margen del gobierno chino.
Estas consignas democráticas son absolutamente válidas y deben elevarse a la demanda por una Asamblea Constituyente Revolucionaria. Sin embargo, esta lucha democrática solo puede triunfar si se realiza bajo el liderazgo de la clase obrera y de forma totalmente independiente de los partidos burgueses de Hong Kong. Los explotados están luchando por retener su derecho a la protesta por mejores condiciones de vida, condiciones que se han venido deteriorando con el inicio de la gran crisis capitalista mundial. A las consignas democráticas se deben añadir consignas obreras que abran el camino para el desarrollo de la revolución socialista (salario y empleo móvil, expropiación sin pago y bajo control obrero de sectores clave, etc.). La huelga general boicoteada por la burocracia sindical es la prueba de que importantes sectores del proletariado ocupado también quieren pelear.}
Los explotados deben poner en pie comités armados para la autodefensa y sus propios organismos de lucha con el objetivo de derrocar al gobierno de Lam y finalmente destruir el Estado burgués, porque solo con la dictadura del proletariado Hong Kong puede conquistar su derecho a una real autodeterminación nacional, de lo contrario esta lucha podría terminar en una nueva derrota como sucedió en 1989 en Tiananmén. De hecho el gobierno chino ya ha desplegado sus tropas en su frontera con Hong Kong.
Evidentemente el proletariado de Hong Kong no puede asumir solo estas gigantescas tareas. Debe llamar de inmediato al levantamiento revolucionario de sus hermanos de clase de China y Asia contra sus gobiernos capitalistas, pero también a los explotados de potencias industriales como Francia donde estos siguen luchando todos los fines de semana contra las miserables condiciones de vida que nos impone el capitalismo.
Las direcciones reformistas de Hong Kong, China y todo el mundo, están aislando esta lucha para llevarla a la negociación que conduce a la derrota. Contra ellos los revolucionarios debemos poner en pie partidos obreros revolucionarios que usen todas las tácticas necesarias para desenmascararlos, partidos que solo pueden concebirse como parte de la refundación de la Cuarta Internacional.
[i] No olvidemos que Stalin y Mao fueron los responsables directos de que Hong Kong permanezca como un enclave capitalista en manos de Inglaterra, como consecuencia de su pacto contrarrevolucionario con el imperialismo a la salida de la segunda guerra mundial.
[ii] <https://nrci.org/blog/2016/11/17/es-china-una-potencia-imperialista/>
https://bit.ly/2lv1eYF
[iii] Un manifestante declaró hace poco que: “Cuando la policía abusa de sus poderes y no enfrenta ninguna consecuencia, una revolución es justificada…Yo acepto la revolución y la efusión de sangre. La revolución es una guerra y ninguna guerra es sin violencia…Si nuestra violencia puede traer cambios positivos, yo deseo estar involucrado…El movimiento de El Paraguas [del 2014] fue demasiado pacífico…nosotros perdidos la batalla completamente. Ahora nosotros hemos aprendido de nuestros errores”. <https://www.theguardian.com/world/2019/aug/31/hong-kong-revolution-no-war-is-without-bloodshed-protesters>
https://bit.ly/2lWiI0d
[iv] Hace unos años Wong declaró que “Occupy Wall Street [en EEUU] estaba peleando por el fin del capitalismo. Pero en Hong Kong, nosotros aún no estamos hablando de derecha o izquierda. Nosotros estamos hablando de la fundación de la sociedad misma: el derecho de todos a votar”. <https://underwesterneyes.org/2015/11/05/is-joshua-wong-being-naive/>
https://bit.ly/2gpqIzn
