Los trabajadores sabemos todo lo que arriesgamos cuando salimos a las calles a enfrentar el aparato militar-policial, los bombardeos, las balas, la represión sanguinaria y violenta del Estado Burgués. Con esto la burguesía busca defender este reino de miseria, explotación y hambre que impone sobre nuestros hombros, todos los días, en las jornadas fabriles interminables, en la ciudad y también en el campo.
Sin importar el país donde suceda, la clase obrera consciente sabe que sus cadenas son las mismas en todas partes del mundo, es por eso que desde siempre la lucha por la liberación y el desprocesamiento de sus luchadores ha sido una de las causas principales de unidad de acción entre las organizaciones del proletariado, porque sabemos que la única manera de conseguir su liberación es luchando juntos en las calles. A este llamamiento que venimos impulsando, las distintas facciones de los partidos reformistas han respondido boicoteando la unidad de acción o en otros casos limitándonos a una impotente lucha pacífica y legal, mientras compañeros son torturados, desaparecidos o asesinados dentro y fuera de las cárceles del imperialismo.
En el corazón de la lucha del pueblo pobre de Palestina, aumentan los procesados y encarcelados. En las cárceles del Estado yanqui-sionista de Israel, el principal centro carcelario del mundo, hay más de 8000 presos palestinos, muchos de ellos menores de edad como Ahed Tamimi, presos sin juicio y en condiciones de hacinamiento y tortura infrahumanas. A ellos se suman los presos en las cárceles del carnicero Al-Assad en Siria, como Saydnaya en Damasco y Tadmur en Homs, respaldado por Rusia, China, Irán y las potencias imperialistas; cárceles donde asesinan y torturan combatientes a diario. Ahora los reformistas están firmando e impulsando un petitorio dirigido a la ONU para solicitarle su intervención “humanitaria” para detener estos asesinatos, una traición abierta que crea falsas ilusiones en las instituciones de la burguesía, cuando sabemos que su liberación solo será posible usando los métodos revolucionarios del proletariado.
Igualmente, los explotados de Europa del Este tienen también sus presos y procesados como en Grecia, Rumania pero principalmente Ucrania donde el proletariado continúa resistiendo con las armas en la mano al régimen de transición fascista de Kiev, cuestión que la mayoría de reformistas silencia de forma cínica mientras los demás ponen en manos de Putin su liberación. Lo mismo sucede en las principales metrópolis de Europa occidental, como en Francia donde trabajadores son detenidos y procesados por luchar contra los paquetazos del gobierno. Lo mismo sucede en semicolonias orientales como Irán, Rusia, China y en la India donde dirigentes sindicales de Suzuki siguen presos. Es necesario llamar a los obreros de Japón a sumarse a la lucha por su liberación.
En América Latina, también debemos luchar por la liberación de los presos del campo de los explotados. Así tenemos el caso del activista mapuche procesado Facundo Jones Huala y la persecución a los trabajadores petroleros de Las Heras a manos del Estado argentino, responsable del asesinato de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, en colaboración con el Estado chileno. Igualmente decenas de trabajadores están siendo procesados en Venezuela, Bolivia y Ecuador, países “bolivarianos” que los falsos socialistas defienden. En Perú los campesinos pobres del Baguazo, los “Espartambos” de Arequipa y los maestros del SUTEP en Perú, también están sufriendo la persecución del Estado burgués, cuando siguen libres los responsables de la matanza de presos políticos de 1986 y otros genocidios. En México, Honduras, Haití y toda Centro América la persecución y procesamiento de luchadores obreros y campesinos continúa, mientras que el pacto político entre EEUU y la Cuba castrista garantiza el sostenimiento de la cárcel ilegal de Guantánamo y la condena a Mumia Abu Jamal, Leonard Peltier y demás presos políticos.
Contra el veneno pacifista y legalista del reformismo y sus amigos de las ONG imperialistas, nosotros oponemos la más firme independencia política de clase, para que el proletariado solo confié en sus propias fuerzas, para que conquiste la liberación de sus presos con sus propios métodos. Mientras los reformistas plantean la “huelga general” abstracta, es decir, sindical y pacífica, de la mano de petitorios a la ONU, los revolucionarios planteamos la ruptura de todo lazo con la patronal y sus métodos, un camino independiente de manifestaciones, acciones de combate, puesta en pie de comités de autodefensa, y finalmente la revolución proletaria como el método históricamente más efectivo para liberar a nuestros presos de las cárceles del capitalismo.
¡POR LA MÁS AMPLIA UNA UNIDAD DE ACCIÓN PROLETARIA PARA LUCHAR POR SU LIBERACIÓN Y DESPROCESAMIENTO!
¡ABAJO EL ESTADO BURGUÉS Y SUS CÁRCELES DE TORTURA, LUCHAR CONTRA EL HAMBRE, LA EXPLOTACIÓN Y LA CRISIS NO ES UN DELITO!
¡JUICIO Y CASTIGO A LOS ASESINOS DE TRABAJADORES Y LUCHADORES DEL PUEBLO POBRE!
¡SOLO CON LA REVOLUCIÓN, CONSEGUIREMOS SU LIBERACIÓN!
¡POR LA REFUNDACIÓN DE LA CUARTA INTERNACIONAL!
