
El feminismo burgués y reformista pretende dividirnos…
La liberación de la mujer trabajadora de la opresión y la miseria que impone el capitalismo en bancarrota es una de las banderas de lucha más importantes del conjunto del movimiento obrero internacional. Un hito fundamental en su lucha fue el triunfo de la revolución más grande de la Historia, la Revolución Socialista de Octubre, que este año cumple su centenario. Fue en Rusia, en 1917, que las obreras, de la mano de los obreros, y bajo la dirección del partido bolchevique, pudieron arrebatar el poder político a los patriarcas del capitalismo y conquistar así los derechos que la propiedad privada les negó por siglos.
Pero para obtener este triunfo, las obreras soviéticas tuvieron que enfrentar no solo a la clase dominante sino también a sus mujeres, es decir, no ha existido nunca un interés común entre mujeres de clases opuestas. No fue en Rusia, precisamente, que las mujeres privilegiadas marcharon junto a las obreras contra el Zar y el capitalismo. La ruptura incluso fue más allá, ya que las obreras también tuvieron que enfrentarse a la clase media y sus mujeres, base social del gobierno seudo-socialista de Kérenski. Fue justamente de esta misma clase media que surgió el grueso de la burocracia estalinista que traicionó la revolución europea y dejó aislada a Rusia, justificando esto con la frase “socialismo en un solo país”. De la derrota siguió, décadas después, la restauración del capitalismo y con ella, el hundimiento de las condiciones de vida de las masas y el cercenamiento de los derechos de las mujeres. Las movilizaciones de las obreras de Polonia contra sus leyes medievales, en octubre del año pasado, son prueba de que el capitalismo solo puede traer más opresión para la mujer.
Sin embargo, así como sucedió en Rusia, ahora las mujeres explotadas también tienen que enfrentar no solo al gobierno de los capitalistas sino también a la clase media “feminista” que pretende desviar su lucha revolucionaria, con las trampas de la colaboración de clases. Para este ocho de marzo, aniversario además de la revolución rusa “de febrero”, se está convocando a un “paro internacional de mujeres” que si bien apela a las trabajadoras de todo el mundo, está envuelto de consignas y métodos reaccionarios que no conducirán a ningún cambio serio ni mucho menos a la liberación definitiva de la mujer trabajadora. En primer lugar, se convoca solo a las mujeres y no a los trabajadores en general, dejando fuera a los obreros e incluso también a los trabajadores homosexuales, perseguidos por el Estado, la iglesia y el fascismo. Esto no es casual, porque quien impulsa este llamado es Selma James, conocida feminista norteamericana que durante décadas viene impulsando la lucha “autónoma” de la mujer trabajadora y la falsificación del marxismo para beneficio del capital. Por ejemplo, en su famoso artículo “Sexo, Raza y Clase” dice textualmente: “No buscamos convencer a los hombres de nuestro feminismo. Al final, se ‘convencerán’ mediante nuestro poder”[1].
El reformismo está impulsando, entonces, de forma consciente, la división del movimiento obrero con frases sobre la autonomía de la obrera frente al obrero. La Revolución Rusa y cien años de lucha de clases ya han demostrado que jamás las trabajadoras han conquistado nada sin una lucha conjunta por todas sus demandas. La movilización de las mujeres explotadas de los 60’s y 70’s no se dio de forma autónoma, sino conectada directamente con la Revolución Cubana, el Mayo Francés, la revolución política en Checoslovaquia y la resistencia vietnamita. Igualmente, las luchas de las obreras del siglo XXI tampoco han estado separadas de la revolución latinoamericana, la revolución en los países ex soviéticos, la revolución árabe y la revolución europea. El reformismo pretende liquidar esta unidad que se ha venido conquistando con tanto sacrificio. Peor aún, pretende separar a la obrera del obrero para unir a la obrera con “todas las mujeres”, es decir, con las sanguijuelas que viven de su trabajo. Finalmente, pretende embellecer el capitalismo, con reformas pacíficas estatales como “salario para la ama de casa”, en lugar de plantear guardería, educación y servicios públicos, conquistando empleo industrial con la reducción de la jornada y la elevación del salario, bajo una perspectiva socialista e internacionalista.
El veneno del Frente Popular, es decir, de la colaboración de clases, no solo lo porta la socialdemocracia yanqui, sino también falsos trotskistas asentados por igual en la burocracia y aristocracia obrera de sus países. La LIT-CI, por ejemplo, llama a marchar también a la burguesía kirchnerista y a las ONG, financiadas por el imperialismo[2]. El PTS de Argentina se llena de frases sobre la revolución rusa y el capitalismo, para aterrizar al final en consignas pacifistas y generalistas[3]. Por otro lado, como ya hemos criticado antes, el reformismo cree que en las actuales condiciones históricas, es posible una “huelga general” pacífica y de presión. Sin embargo, no hay hechos que puedan demostrar esto. Como bien dijo Trotsky, la huelga general seria es el preludio inmediato de la revolución proletaria. Su llamado a un “paro internacional” no tiene, de esta forma, el mismo significado que para los revolucionarios. Ellos tienen en mente un acto simbólico, nosotros la insurrección. Sin embargo, sabemos que no es posible, mucho menos en el momento actual, una “insurrección mundial”. Lo que sí es posible es una movilización de trabajadores, simultánea en todos los países, por la liberación de la mujer trabajadora. Junto con esto se deben armar comités de autodefensa y convocar congresos de todos los explotados para coordinar la lucha por esta y todas sus demandas. Y todo debe estar conectado con la lucha por el triunfo socialista de la revolución latina, árabe y europea. Contra todo oportunismo y sectarismo, estos son los métodos de lucha del proletariado internacional consciente.
¡Basta de discriminación: igual salario por igual trabajo!
¡Por un aborto libre y gratuito para la mujer trabajadora!
¡Por guarderías, sala de cunas, comedores y lavanderías colectivas!
¡Por pleno empleo productivo: abajo la esclavitud doméstica y la prostitución!
¡Por la refundación de la Cuarta Internacional!
Notas
[1] <https://marxismocritico.com/2014/03/03/sexo-raza-y-clase-selma-james/#sdfootnote1anc>
[2] <http://litci.org/es/mundo/latinoamerica/argentina/organicemos-un-gran-paro-mundial-por-las-mujeres/>
[3] <https://www.facebook.com/events/1300556519984289/>