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ESPAÑA: LA LUCHA ESTÁ EN LAS CALLES NO EN LAS URNAS DE LA BURGUESÍA

El PP de Rajoy obtiene más votos pero sin mayoría para gobernar… 

Trotsky decía que bajo la crisis general del capitalismo, la democracia se convertía en un lujo de las metrópolis más avanzadas. Esto mismo estamos viendo ahora en Europa occidental, donde incluso en algunas potencias imperialistas la democracia parlamentaria cede su lugar a una dictadura policial-militar desembozada. El “Estado de Emergencia” en París es prueba de ello, pero también la “Ley Mordaza” y otras impuestas en España. Estas elecciones se imponen entonces bajo un puño de hierro contra los trabajadores, mientras que con un guante de seda, nuevos candidatos de la patronal ofrecen sacar al país de la crisis.

La economía española tampoco ha podido escapar a la crisis global del capitalismo. Su tasa de desempleo juvenil está por encima del promedio europeo y también tiene una deuda impagable considerable. Sin embargo, a diferencia de semicolonias como Grecia, España posee algunas reservas sostenidas sobre todo en la expoliación colonial y financiera de los países que oprime conjuntamente con los EEUU y la Unión Europea. El “Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones” (TTIP en inglés) en este sentido subordina España a las potencias mayores pero en absoluto modifica su condición imperialista. Se trata sobre todo de un nuevo ataque sobre el conjunto de trabajadores fomentando la privatización y el alza del costo de vida. La clase obrera española debe verse entonces en el espejo de sus hermanos de Europa Oriental donde la burguesía ya ha levantado al fascismo (Ucrania) y el Frente Popular (Grecia) como sus últimas cartas ante la crisis de su dominio.

La revolución proletaria abierta en Grecia en la forma de huelgas generales, tras la cadena de insurrecciones del mundo árabe, fue traicionada por dentro y contenida por fuera para que no llegue a las metrópolis centrales del capitalismo. En España los sectores más explotados de la sociedad salieron a las calles a combatir al régimen “democrático” de los reyes católicos poniendo en pie el movimiento de los “Indignados” mientras los mineros de Asturias, retomando sus mejores tradiciones históricas, amenazaban con verter la sangre de los ricos. Pero aquí también actuaron los dirigentes de las centrales sindicales, separando a los trabajadores ocupados de los desocupados mientras el reformismo desarmaba la indignación callejera en nombre de la paz social. Es sobre la derrota parcial de este movimiento que partidos como “Podemos” de Pablo Iglesias surge, una organización directamente apoyada en la clase media patriotera, en militares como el cesado Julio Rodríguez y sectores de la burguesía como la catalana o vasca. Su demagogia motivacional y doble discurso ha tenido como finalidad convertir la indignación social en impotencia revolucionaria.

La participación marginal de seudo-trotskistas como “Izquierda Anticapitalista” en “Podemos” no vincula en absoluto este partido a la clase obrera; el verdadero Frente Popular lo propone “Izquierda Unida” y su “Unidad Popular” apoyada en la burocracia y aristocracia obrera de los sindicatos. Iglesias rechazó una posible alianza con esta coalición estalinista pero es evidente que conjuntamente juegan un rol clave en la contención reformista de las luchas de los explotados. Izquierda Unida, encabezada electoralmente por Alberto Garzón, propone un “Modelo de globalización alternativo… [de] resolución de conflictos por vías no violentas[1]”, es decir, la utopía reformista que en Grecia terminó con la capitulación de Syriza a la Troika. Con estas elecciones ha perdido nueve diputados quedándose solo con dos como octava fuerza. “Podemos” por su parte se ubica en tercer lugar con 69 escaños cuestión que ha roto el bipartidismo del PP y el PSOE que obtuvieron 123 y 90 escaños respectivamente[2]. Estos resultados dificultan la formación de un gobierno con mayoría parlamentaria, lo más probable es que el PSOE y Podemos se unan para administrar coaligados el Estado revestido con la cruz y la corona castellana.

El combativo proletariado español debe retomar sus tradiciones históricas de lucha de lo contrario la crisis insuperable del capitalismo solo hundirá más y más sus ya precarias condiciones de vida. Los millones de trabajadores migrantes que llegan a esta metrópolis y que sufren los peores trabajos, deben ponerse a la cabeza de la movilización y autoorganización conjunta de todos los explotados y oprimidos; los derechos políticos de los soldados rasos deben ser reivindicados mientras se organiza la autodefensa desde las organizaciones obreras para aplastar a la policía asesina y las bandas fascistas del capital. Los privilegios de la monarquía y la Iglesia deben caer junto con todas las leyes que amputan las libertades democráticas más elementales, reconociendo también el derecho de las nacionalidades oprimidas a su autodeterminación. Solo con la expropiación sin pago de la banca parasitaria, de las grandes inmobiliarias y de las transnacionales que saquean Latinoamérica será posible avanzar en poner fin al desahucio, hambre y desocupación que bajo cualquier fórmula de gobierno continuarán profundizándose.

¡ES HORA DE LUCHAR, NUESTROS SUEÑOS NO CABEN EN SUS URNAS!
¡SI NUESTROS HIJOS PASAN HAMBRE, LOS VUESTROS VERTERÁN SANGRE!
¡ANULACIÓN DE LAS DEUDAS HIPOTECARIAS, ABAJO LOS DESAHUCIOS!
 ¡POR SALARIO Y EMPLEO MÓVIL!
¡LIBERTAD Y DESPROCESAMIENTO A LOS PRESOS POR LUCHAR EN ESPAÑA Y TODO EL MUNDO!
¡LIBRE INGRESO DE LOS MIGRANTES SIRIOS! ¡ABAJO EL ESTADO YANQUI-SIONISTA DE ISRAEL!
¡POR UN GOBIERNO DE LOS TRABAJADORES! ¡POR LAS ESTADOS UNIDOS SOCIALISTAS DE EUROPA! ¡POR LA REFUNDACIÓN DE LA CUARTA INTERNACIONAL!

 

[1] <http://cdn.20m.es/adj/2015/12/03/3435.pdf>

[2] <http://elpais.com/elpais/2015/12/20/media/1450594744_312762.html>

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