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TESIS SOBRE LA CUESTIÓN PALESTINA

 

  1. Fundado por Teodoro Herzl a fines del siglo XIX, el sionismo nace como un movimiento político pro-imperialista de la pequeña-burguesía judía. Para la burguesía imperialista de origen judío, totalmente asimilada y enriquecida con el capitalismo europeo, el proyecto sionista no tenía nada que ver con su migración a una colonia del tercer mundo. Solo para un sector de la clase media judía la migración podía representar mayores libertades y privilegios que bajo los gobiernos de Europa con sus frecuentes muestras de anti-semitismo. Se trataba entonces de renunciar a luchar contra el anti-semitismo burgués y ponerse al servicio de una empresa de colonización imperialista donde los sionistas pasaran de ser empleados asquenazis de segunda a altos funcionarios de un Estado de ocupación. Como todo proyecto colonial, no podía implicar una migración masiva, sino el establecimiento de una minoría judía privilegiada que sostenga la maquinaria estatal de esclavización de la población nativa. Herzl murió proponiendo que sea Uganda el territorio a ocupar, sin embargo, los sionistas se decidieron finalmente por Palestina.
  2. La colonización de Palestina, no obstante, implicaba una serie de particularidades que la distinguirían de otros proyectos de ocupación imperialista. En primer lugar, el territorio palestino era pobre en recursos y con una baja productividad agrícola. Su importancia para el imperialismo solo podía residir en su ubicación estratégica entre el Magreb y Medio Oriente ricos en petróleo y materia prima. Estos dos factores, su pobreza y ubicación, determinaron que Palestina sea vista más como base militar que como fuente de recursos. No se trataba entonces de establecer una economía extractiva-exportadora sostenida por una gran masa esclavos, sino una pequeña economía importadora que sirva de BASE para sostener la maquinaria militar del Estado (construcción, servicios, alimentos, etc.). Esto determinó tres rasgos fundamentales de la economía colonial sobre Palestina: a) su BASE o centro debía ser sostenido principalmente por los colonos invasores con el fin de garantizar su estabilidad, b) debido a sus limitaciones tenía que ser subsidiada desde el exterior, desde la metrópolis, c) tenía que estar centralizada bajo una forma de capitalismo de estado como en toda economía de guerra.
  3. El imperialismo inglés pudo haber terminado de establecer una colonia blanca sobre Palestina que sostenga este tipo de economía y su Estado. Sin embargo, acogió la propuesta sionista (1917) siguiendo su política de usar una comunidad nativa rival como testaferro (o nación “gurka”) para legitimar su dominio. Su retraso y vacilación en establecer el “Estado de Israel”, terminó por arrojar a los sionistas en brazos del imperialismo yanqui (luego de tentar incluso un pacto con la Alemania Nazi frustrado solo por su derrota). La consolidación de la ocupación sionista de Palestina (1948) se hizo bajo el mando de los EEUU con su aliado estalinista prestando el armamento para masacrar a la población árabe y vencer la resistencia del imperialismo inglés. La independencia formal del Estado de Israel no es más que una estrategia publicitaria del imperio norteamericano.
  4. El plan yanqui-sionista no tenía nada que ver con la migración de la burguesía o del proletariado judío (esclavizado o exterminado por el fascismo), sino con el establecimiento de una minoría privilegiada de extracción principalmente pequeño-burguesa, armada hasta los dientes como toda colonia de ocupación. El hecho de que además de las funciones administrativas tradicionales, los sionistas cumplieran también un rol predominante en la BASE o centro de la economía de ocupación no condujo a la formación de un “proletariado judío-israelita” sin privilegios coloniales, sino de una amplia y sólida aristocracia obrera (que hace también de milicia). Confundir al proletariado explotado con su capa superior reaccionaria es en realidad casi un principio fundacional del reformismo y en este sentido no se podía esperar otra cosa de su análisis “marxista” de la cuestión palestina. El imperialismo yanqui ha sido entonces muy cuidadoso en garantizar que la colonia sionista conserve siempre los privilegios materiales que fundamentan su respaldo incondicional (el chovinismo no es más que su velo ideológico). Para esto ha sostenido con subsidios multimillonarios la economía israelí y ha controlado rigurosamente la migración judía lo que explica la ausencia de un verdadero proletariado judío en la Palestina ocupada.
  5. Los únicos explotados son los trabajadores palestinos “israelíes” y “no israelíes”, condenados a realizar los trabajos más peligrosos y sacrificados, mientras que sus comunidades sirven de mercado “interno” e incluso de campo de pruebas de su industria militar. Aunque la gran mayoría de estos trabajadores se concentran en Gaza y Cisjordania y no en la BASE o centro de la economía israelí (expandida con la ocupación de 1967), su rol dentro de la misma no deja de ser importante como se ha demostrado en todas las huelgas de su historia y en las recesiones que siguieron a las dos Intifadas (1987 y 2000). Al desplazamiento interno que permitió establecer el centro de la economía colonial siguió la esclavización del proletariado árabe para sostener su expansión sobre los territorios ocupados. De este desplazamiento no surgió ningún “proletariado judío explotado”. Por el contrario, el crecimiento de la economía israelí se ha sostenido principalmente en la súper-explotación del pueblo árabe. La ocupación yanqui-sionista ha creado sus propios sepultureros: el pueblo palestino explotado y desplazado.

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