Toda lucha implica grandes sacrificios. En huelgas o movilizaciones, compañeros son detenidos arbitrariamente por la justicia patronal, únicamente por levantarse en defensa de sus intereses de clase. En todo el mundo, los trabajadores pasan necesidad, naciones enteras son sometidas por el imperialismo, los explotados y oprimidos se levantan entonces contra estas condiciones miserables de existencia, pero muchas de estas luchas terminan en masacres, detenciones y torturas.
El movimiento obrero internacional debe entonces poner en su agenda de lucha la necesidad de conquistar la libertad de sus presos por luchar. El genocidio en Siria contra la revolución árabe es prueba de lo que el imperialismo es capaz de hacer para defender sus intereses, con la ayuda de sirvientes como Al-Assad y Putin. No podemos permitir que luchadores del campo de los explotados sigan en manos de los explotadores. En Palestina, miles de combatientes están en manos del Estado yanqui-sionista de Israel. En Guantánamo, Cuba, el imperialismo yanqui aún tiene bajo tortura y aislamiento a cientos de combatientes árabes sin juicio mientras mantiene en prisión a los norteamericanos Leonard Peltier y Mumia Abu Jamal. En Ucrania, el fascismo tiene de rehenes a opositores del régimen así como en Grecia el gobierno de Syriza mantiene en prisión a jóvenes anarquistas mientras deja en libertad a las bandas fascistas de Amanecer Dorado. En España, Francia y toda Europa se está persiguiendo a los trabajadores inmigrantes y refugiados.
En América Latina, tanto los gobiernos “neoliberales” como “bolivarianos” vienen reprimiendo las luchas de los trabajadores de la misma forma que les imponen el pago de la crisis del capitalismo. En Argentina, los trabajadores petroleros de Las Heras enfrentan “en libertad” la amenaza de su condena definitiva a cadena perpetua por el “delito” de haberse levantado contra el “impuesto al salario”. Recientemente fueron detenidos trabajadores que reclamaban aumento de salarios, es decir, la persecución no cesa, continúa bajo las órdenes de la justifica patronal y el gobierno de Macri. En Perú, los luchadores del Andahuaylazo, los Espartambos de Arequipa y los campesinos pobres de Bagua, siguen presos, así como ex guerrilleros torturados por décadas por el régimen militar-policial a los pies de la embajada norteamericana.
En la mayoría de casos, los partidos obreros reformistas abandonan a los detenidos y procesados a su suerte, dejando en manos de ONG o abogados su libertad. En otros casos, organizan bajo presión de sus bases, llamados a la acción, pero esto siempre se limita a marchas pacíficas impotentes y a consignas como la “huelga general” sin armamento ni perspectiva política, es decir, sin un programa revolucionario. Buscan además la conciliación de clases, planteando la defensa de los presos políticos en general y no exclusivamente del campo de los explotados, convocando también a ONG y organismos de “derechos humanos” ligados a la burguesía. De esta forma se pretende sumar organizaciones, restando, sin embargo, la más elemental independencia política de clase.
Solo con el triunfo de la revolución socialista internacional será posible liberar de forma efectiva y definitiva a todos los presos del proletariado mundial; esto es justamente lo que callan en todos los idiomas los reformistas, porque a pesar de su altisonante verborrea, no están realmente por la insurrección y la toma del poder, son pues, el último eslabón de la cadena que oprime a los esclavos del capital.
¡BASTA DE SEMBRAR FALSAS ILUSIONES, ES HORA DE LUCHAR DE VERDAD POR LA LIBERTAD DE LOS PRESOS DEL PROLETARIADO MUNDIAL!
¡BASTA DE PACIFISMO Y NACIONALISMO, HAY QUE REFUNDAR LA CUARTA INTERNACIONAL!
